Agradecen apoyo de Andrés Granier

Alfabetizados de la tercera edad coinciden que sí se puede estudiar

Mencionaron que las privaciones económicas en las que viven no les impidieron aprovechar las oportunidades de prepararse

Personas de la tercera edad de Paraíso que fueron alfabetizados con el programa Yo sí puedo, promovido por el gobernador Andrés Granier Melo, coincidieron que ni la vejez, ni las precariedades económica, ni el vivir en comunidades alejadas, son obstáculos que impidan estudiar.

En ese contexto, Oralia Hernández Angulo, comentó que durante su niñez no terminó el primer año de primaria y no aprendió a leer ni escribir. Agregó que recientemente un grupo de maestros cubanos llegó a su casa y la invitaron a alfabetizarse. Entusiasmada, aceptó de inmediato.

Expuso que a pesar de pertenecer a una familia muy pobre, hizo un esfuerzo para asistir a clases y después de varias semanas de esfuerzo, terminó su preparación. Mostrando orgullosa el documento que exhibe las iniciales del Instituto de Educación para Adultos de Tabasco (IEAT), dijo que ahora anhela continuar la primaria.

Elena Méndez, de 73 años de edad, comentó que a causa de la pobreza en que vivieron sus padres nunca asistieron a la escuela, pero sí procuró que sus ocho hijos estudiaran. Ahora, cuando se le presentó la oportunidad de aprender, pensó: ¿por qué no?

Refirió que haciendo un esfuerzo y sin dejar de atender a su esposo que se encuentra enfermo, en dos meses aprendió lo que durante toda su vida no pudo.

Siente que valió la pena y ahora considera que puede seguir adelante para, incluso, estudiar la primaria.

Lorena Rodríguez Mendoza, mencionó que a sus padres se les dificultó que la totalidad de sus 14 hijos asistieran a la primaria, y ella no recibió ese beneficio.

La mujer, quien tiene un hijo con síndrome de Down, comentó que después de escuchar las palabras de estímulo que los instructores le refi rieron en su humilde casa, decidió alfabetizarse. Pese a la carencia de dinero lo logró, y ahora se encuentra orgullosa de haber aprendido.

Marlene Angulo Domínguez, de 63 años de edad, comentó que su caso es semejante al de sus compañeras, porque por falta de recursos de sus padres, suspendió sus estudios durante su niñez. Agregó que tampoco pudo continuar la escuela durante la adolescencia, hasta ahora.

Expuso que si se le pone interés, cualquier persona de la tercera edad puede aprovechar las oportunidades que el gobierno les ofrece para aprender a leer y escribir. Dio las gracias a Andrés Granier por ello.

María Jesús Hernández Sánchez, de 63 años y con su certifi cado del IEAT en las manos, manifestó que “si Dios le da la vida” continuará preparándose en la primaria.

Recordó que durante su niñez y adolescencia sufrió mucho, ya que quedó huérfana de padre a temprana edad y junto con su madre vivió en condiciones difíciles. Esa situación la obligó a casarse siendo casi una niña y se dedicó a las labores del hogar, hasta ahora que sin importarte su condición económica, se alfabetizó.

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