Periodismo de aporte cultural
Rescata Bartolo el recuerdo de Tabasco
Presentó sus dos recientes libros, protagonizados por personajes populares.
Por Erwin Macario
Bartolo Jiménez Méndez puede cansar cuando escribe de política, cuando le hace al analista político, pero cuando usa el relato, cuando deja correr la pluma en asuntos domésticos, sorprende gratamente.
En uno de sus dos más recientes libros, Relatos del Grijalva en el Malecón, el teapaneco que ayer miércoles presentó ese y la otra obra, la novela Catalina la choca, nos revive la importancia que el periodismo tiene en la historia y en la cultura, como lo señaló en esa presentación el también periodista José Antonio Vidal.
Vidal recordó que hace unos 20 años, en el restaurante El Mirador, de la ciudad de Teapa, entre él y Bartolo así como el presidente municipal, Oscar Llergo Heredia, se platicaba precisamente sobre ese papel del periodismo que, pidió el presentador, se debe reconocer y motivar para que se hagan más aportes a la historia y la cultura, como lo hace Bartolo.
Relatos…nos descubre un brujo con harem, que lee el Ulises criollo, de José Vasconcelos y se volvió el brujo de Pueblo Nuevo de las Raíces porque siendo ayudante de chofer de un redila que transportaba productos a la Merced, sufrió un accidente en la región de Los Tuxtlas, cerca de Otumba, tierra de brujos, pueblo donde convaleció mucho tiempo.
Un brujo, Francisco Isabel Romero “Don Chabelo”, que apantalló a Fontanelly y Férido con las copias de pinturas de Klee, Kandinsky, “El grito” de Munch, una de Mondrian, en la sala de su casa–consultorio, así como los embrujó con las peripecias que tuvo para hacerse el curandero de la región, no sin haber sido antes conserje, vigilante, sacristán, tenedor de libros, jaibero, bongosero, chofer, mesero… ¡Y hasta periodista!
¿Conocen, acaso, algún tabasqueño que no sea periodista? –ironiza el brujo, jeque, sultán choco de 18 mujeres y 62 hijos, según el relato de Bartolo Jiménez. Chaman, espiritista, que cautivó al entrevistador y a los dos pintores acompañantes, con sus palabras y las cervezas y los “lapos” que las ambientan.
La obra recoge los personajes que la generación de Bartolo conoció en su tierra natal y en Villahermosa. Ahí están Macalú. Nalgaloca, Guichi-Guichi, Audomaro “El Guao”, Chico Ché, Carmito, Chelo Pinto, Chelo Puchero, el padre Cantú, de la cervecería La Parroquia, Rosa Zalaya, Panchita Moll, Caqui Cadena, la Negra Cupido, el profesor Montiel… un Tabasco que se pierde, como esos juegos que ayer nos hizo añorar Alicia Jáuregui, la esposa del presidente municipal de Teapa, que al ser la tercera que intervino en la presentación recordó que cuando era niña conoció a Bartolo que llegaba a la tienda de un tío en la calle donde ella jugaba “al esconde–esconde y al toca–toca”.
El segundo presentador de los libros fue Pedro Jiménez Torres, articulista de Tribuna de Tabasco, periódico de la sierra que dirige Daniel Becerra Conde, quien junto con la Asociación Tabasqueña de Periodistas, que preside Enrique Lodoza Muñiz, organizaron este evento en el auditorio del Instituto Tecnológico Superior Región de la Sierra, del que es director el ingeniero Arturo Pérez Herrera.
Ejemplares de las obras fueron entregadas por el autor tanto al director del ITSS como al director de la Red de Bibliotecas en el municipio, Fernando Ramos Arceo y a María Inés Vázquez Llergo, (Nesha), la responsable (desde 1991) de la Biblioteca que en la ranchería Galeana lleva el nombre del escritor y periodista al que acompañaron en este evento, además del dirigente de la ATP, Enrique Lodoza, otros colegas, así como su esposa Guadalupe Mosqueda de Jiménez.
Catalina la choca, es una novela que cuenta la historia de una mujer, Catalina, que en la Revolución en Tabasco se encuentra a si misma, halla su destino.
A la presentación asistieron los presidentes municipales de Jalapa, Antonio Priego Jiménez, y de Tacotalpa, Pedro Palomeque Calzada.
Bartolo Jiménez Méndez ha publicado, además, La danza del Pochó, Tiempo y destiempo de Tabasco, El otro canto del Usumacinta y El grabado como expresión popular.
Rescata Bartolo el recuerdo de Tabasco
Presentó sus dos recientes libros, protagonizados por personajes populares.
Por Erwin Macario
Bartolo Jiménez Méndez puede cansar cuando escribe de política, cuando le hace al analista político, pero cuando usa el relato, cuando deja correr la pluma en asuntos domésticos, sorprende gratamente.
En uno de sus dos más recientes libros, Relatos del Grijalva en el Malecón, el teapaneco que ayer miércoles presentó ese y la otra obra, la novela Catalina la choca, nos revive la importancia que el periodismo tiene en la historia y en la cultura, como lo señaló en esa presentación el también periodista José Antonio Vidal.
Vidal recordó que hace unos 20 años, en el restaurante El Mirador, de la ciudad de Teapa, entre él y Bartolo así como el presidente municipal, Oscar Llergo Heredia, se platicaba precisamente sobre ese papel del periodismo que, pidió el presentador, se debe reconocer y motivar para que se hagan más aportes a la historia y la cultura, como lo hace Bartolo.
Relatos…nos descubre un brujo con harem, que lee el Ulises criollo, de José Vasconcelos y se volvió el brujo de Pueblo Nuevo de las Raíces porque siendo ayudante de chofer de un redila que transportaba productos a la Merced, sufrió un accidente en la región de Los Tuxtlas, cerca de Otumba, tierra de brujos, pueblo donde convaleció mucho tiempo.
Un brujo, Francisco Isabel Romero “Don Chabelo”, que apantalló a Fontanelly y Férido con las copias de pinturas de Klee, Kandinsky, “El grito” de Munch, una de Mondrian, en la sala de su casa–consultorio, así como los embrujó con las peripecias que tuvo para hacerse el curandero de la región, no sin haber sido antes conserje, vigilante, sacristán, tenedor de libros, jaibero, bongosero, chofer, mesero… ¡Y hasta periodista!
¿Conocen, acaso, algún tabasqueño que no sea periodista? –ironiza el brujo, jeque, sultán choco de 18 mujeres y 62 hijos, según el relato de Bartolo Jiménez. Chaman, espiritista, que cautivó al entrevistador y a los dos pintores acompañantes, con sus palabras y las cervezas y los “lapos” que las ambientan.
La obra recoge los personajes que la generación de Bartolo conoció en su tierra natal y en Villahermosa. Ahí están Macalú. Nalgaloca, Guichi-Guichi, Audomaro “El Guao”, Chico Ché, Carmito, Chelo Pinto, Chelo Puchero, el padre Cantú, de la cervecería La Parroquia, Rosa Zalaya, Panchita Moll, Caqui Cadena, la Negra Cupido, el profesor Montiel… un Tabasco que se pierde, como esos juegos que ayer nos hizo añorar Alicia Jáuregui, la esposa del presidente municipal de Teapa, que al ser la tercera que intervino en la presentación recordó que cuando era niña conoció a Bartolo que llegaba a la tienda de un tío en la calle donde ella jugaba “al esconde–esconde y al toca–toca”.
El segundo presentador de los libros fue Pedro Jiménez Torres, articulista de Tribuna de Tabasco, periódico de la sierra que dirige Daniel Becerra Conde, quien junto con la Asociación Tabasqueña de Periodistas, que preside Enrique Lodoza Muñiz, organizaron este evento en el auditorio del Instituto Tecnológico Superior Región de la Sierra, del que es director el ingeniero Arturo Pérez Herrera.
Ejemplares de las obras fueron entregadas por el autor tanto al director del ITSS como al director de la Red de Bibliotecas en el municipio, Fernando Ramos Arceo y a María Inés Vázquez Llergo, (Nesha), la responsable (desde 1991) de la Biblioteca que en la ranchería Galeana lleva el nombre del escritor y periodista al que acompañaron en este evento, además del dirigente de la ATP, Enrique Lodoza, otros colegas, así como su esposa Guadalupe Mosqueda de Jiménez.
Catalina la choca, es una novela que cuenta la historia de una mujer, Catalina, que en la Revolución en Tabasco se encuentra a si misma, halla su destino.
A la presentación asistieron los presidentes municipales de Jalapa, Antonio Priego Jiménez, y de Tacotalpa, Pedro Palomeque Calzada.
Bartolo Jiménez Méndez ha publicado, además, La danza del Pochó, Tiempo y destiempo de Tabasco, El otro canto del Usumacinta y El grabado como expresión popular.
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