TRIBUNA DE TABASCO

“Joseíto” del Águila, rapaz
de la política que aspira a gobernar al pueblo que odia.

A la altura de Teapa

Por: Agustín Lara Nicasio
Conocido en todo Teapa por ser un “niño popis” que jamás ha sufrido carencia alguna ni levantado un dedo para ganarse el pan de cada día, e identificado por la clase política como un traidor, José del Águila Beltrán se ha ganado ahora el calificativo de hombre falso y descarado.
Como si fuera un auténtico luchador social y reivindicador de las clases populares, “Joseíto” del Águila ha sido visto recientemente en las comunidades rurales de este municipio llevando juguetes a los niños, abrazando y saludando a las familias campesinas, con el claro interés de ganar adeptos para alcanzar su ambición de llegar a la presidencia municipal.
Paralelamente, ha implementado una mercadotecnia que lo viste más de mercachifle politiquero que de político comprometido con su comunidad, pues mandó a instalar espectaculares con la imagen de un águila y con la leyenda “A la altura de Teapa”, en alusión a su apellido paterno, aunque el ingenio popular no relaciona este eslogan con su nombre sino con la condición rapaz de esta ave depredadora.
Ante los teapanecos aparenta ser una persona sencilla, honesta, responsable y cumplidora, pero en los hechos ha demostrado ser todo lo contrario. A nadie engaña con su imagen ficticia, construida para satisfacer sus ambiciones políticas, ya que de todos es conocida su conducta prepotente y grosera para quienes no han tenido la fortuna de haber nacido en pañales de seda.
“Joseíto” del Águila Beltrán saltó a la palestra pública durante el trienio del cuestionado ex alcalde Marco Antonio Espadas García (2001-2003), quien le “regaló” la Secretaría del Ayuntamiento y luego lo impuso como presidente del Comité Directivo Municipal del PRI en Teapa para enfrentar los comicios locales de 2003, decisión que trajo funestas consecuencias para el tricolor.
Aunque es nacido en Teapa, la mayor parte de su vida radicó en Comalcalco y no fue sino hasta que el expresidente municipal lo llamó a formar parte de su gobierno, cuando regresó al terruño que abandonó desde muy pequeño.
Como se recordará, Del Águila Beltrán tomó las riendas de su partido con la misión de sacar adelante el triunfo de los candidatos priistas a presidente municipal y diputado local, Emilio Contreras Martínez de Escobar y Mariano Cano Cantoral, pero la pésima gestión del novato líder propició la derrota de sus abanderados, a manos de Rafael Abner Balboa Sánchez y Carlos Mario Ocampo Cano.
Tras la estrepitosa derrota del PRI en Teapa, “Joseíto” no quiso dar la cara a la militancia y cobardemente dejó abandonada la dirigencia partidista, dejando el “paquete” a la profesora Martha Chávez y a Óscar Llergo Asmitia, quienes se hicieron cargo de este partido y a la postre tres años después recuperaron para el tricolor la alcaldía y la diputación local, en las personas de Rafael Darío Calzada Balboa y Raúl Cabrera Pascacio.
Sin embargo, durante ese tiempo “Joseíto” del Águila jamás se apareció por las oficinas del PRI municipal ni mucho menos realizó trabajo partidista; por el contrario, se retiró de las actividades partidistas y no fue sino hasta este año que comenzó a recorrer las comunidades en busca de simpatías que difícilmente podrá cosechar.
Del Águila Beltrán es, entonces, un advenedizo de la política, pero como está acostumbrado a salirse con la suya, ahora busca a toda costa cumplirse el capricho de ser presidente municipal, o de perdida diputado local; para ello, presume tener las “palancas” suficientes en la dirigencia estatal e inclusive con los altos mandos del gobierno que encabeza el Químico Andrés Granier Melo, para conseguir la candidatura del PRI a la alcaldía, o en el peor de sus escenarios hacer fórmula con Raúl Cabrera Pascacio, éste como candidato a alcalde y aquél a diputado local.
Con ese negro historial, el “burgués” de la sociedad teapaneca cree contar con los méritos suficientes para ocupar un cargo de elección popular, y contrario a su idiosincrasia, a sus costumbres, hasta se sacrifica soportando el sudor de los campesinos y las manos sucias de los niños marginados, regalando dádivas con la esperanza de cosechar votos.