Suspicacias, recelos e inconformidades en la selección de candidatos priistas
Por Bartolo Jiménez Méndez
Se dijo hasta el cansancio que el método utilizado para la selección de candidatos del tricolor en 16 municipios no dejaría contentos a muchos. Esta realidad se ha hecho más patente en los que conforman la región de la Sierra, donde la asamblea de delegados no ha sido muy convincente debido a que dibuja un boceto de los viejos tiempos del voto directo amañado, que se presta a la interpretación de suspicacias y que para estos momentos debían haber sido superadas. Pero vamos por partes:
La confusión se dio en la transición del cambio en la dirigencia estatal del tricolor, cuando Gina Trujillo deja el partido para ser relevada por Adrián Hernández Balboa, luego de cobrar su plusvalía política premiada con una curul plurinominal. Y aunque las encuestas de opinión que se levantaron durante la gestión de la Trujillo favorecían a algunos aspirantes, con el nuevo liderazgo se revirtieron esas tendencias, resultando el caso más relevante en el municipio de Centro, donde el candidato mayor posicionado, José del Carmen Escayola, fue conminado a abandonar la justa, provocando un verdadero cataclismo que hasta el momento continúa en conflicto electoral ante el TEPJF, que ha demandado Humberto de los Santos Bertruy, aunque la candidatura oficial ya reside en la persona de Jesús Alí de la Torre.
Las inconformidades se encuentran a la orden del día. Hay casos como el de Vicente Morales, que ya se sentía más que amarrado para un escaño en el Congreso local y se le convirtió en arena en las manos; lo mismo en Jonuta, con Raúl y Benigno Lezama, por no decir en Cárdenas con Fernando Valenzuela Pernas, quien ya tenía todo preparado para su campaña y lo mismo en La Perla, donde Mayté Dagdug Lutzow y Agustín Somellera, ya se daban saluditos de felicitación.
En la Sierra, las aguas andan alborotadas, nada extraño en Teapa, donde ya se conocía que Raúl Cabrera Pascacio y Elda Llergo estaban corriendo en handicap con respecto a sus competidores, no obstante las inconformidades manifiestas como las protagonizadas por Carlos Armando Cano y Gladys Cano Conde, esta última que sabe cómo son los juegos y rejuegos de la grilla y que no se encuentra en el párvulo, así que está consciente de que hay que estar en la jugada porque existen muchos espacios dentro de la administración que se encuentran en el paquete político, como las Direcciones y Regidurías.
La designación de Elda Llergo tiene sus vértices, debido a que fue una determinación de Gina, pero existe la amenaza de grupos y corrientes que no se muestran muy de acuerdo y pueden, en un momento dado, hacer alianzas con otros partidos. Esa circunstancia es la que están esperando políticos como Rafael Abner Balboa: sumar efectivos a su favor y entrar de nuevo en una fisura como aquella división que provocó la designación de Mariano Cano.
En Jalapa se considera que se invirtieron los papeles, debido a que se esperaba la designación de Fernando Oropeza Correa para la alcaldía, pero el favorecido fue el legislador con licencia, Víctor M. Domínguez Sarracino, y los otros se quedaron como el chinito “milando” y tratando de entender el tiro de tres bandas.
En Tacotalpa consideran una confabulación del tamaño del Madrigal, la que hicieron Mary Cruz Román, Jenny Rodríguez, Víctor Manuel Narváez y el mismito Ulises Solís, al anular las aspiraciones de Darling Llergo y de Rogelio Betancourt, para que finalmente Ulises quedara en la candidatura y Santiago Méndez Arpáiz busque una alianza para encabezar como candidato externo, posiblemente en el PAN. Así las cosas en el tricolor. Veremos cómo les va.
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