En trajes de buzos y albergues

La sierra de Chiapas y Tabasco en un concierto de aguacero y precipitación

Por: Bartolo Jiménez Méndez.
La furia de los fenómenos naturales es incontenible y la gente corre de uno a otro lado protegida por capotes, sombrillas y bolsas de plástico, lo que haya a la mano pero esas características singulares de los municipios de la sierra de Tabasco y el norte de Chiapas, ahora se expresan con una fuerza inusitada y nada ni nadie las detiene con la generación de turbulencias, que descontroladas, arrasan con todo en su caudal hasta llegar a la capital del estado donde se concentra en el Grijalva que amenaza con desbordar y provocar otra de las históricas inundaciones.
La gente de las comunidades debido a estos frecuentes y prolongados golpes de agua se inundan en un santiamén y son miles que quedan aislados, incomunicados y daos a su suerte ¿Donde están en estos momentos los aspirantes que se desgarran las ropas por el beneficio del pueblo? No, no están o cuando menos no se les ve que se lancen en ayuda de los damnificados y en la procuración de despensas y artículos del hogar para ayudar a los que han perdido todo dentro de sus casas.
El caso es que las celebraciones del Bicentenario de la independencia y Centenario de la revolución ya tocan a la puerta y la fuerte precipitación pluvial causa conmoción en la población que no se puede mover de sus lugares debido a que un alto índice de habitantes en los tres municipios, tienen su centro laboral en la capital del estado y llega el momento que el agua que rebasa la capa asfáltica, les impide el traslado y esa es parte de la situación crítica que se está viviendo y contra la cual no se puede hacer nada.
Los habitantes afectados directamente hasta el momento no han recibido
ningún tipo de ayuda y la despensa no les llega, aunque sea de esas que reparte Evaristo Hernández Cruz, que debieron repartirse en la inundación del 2007, pero que quedaron reservadas para las campañas rumbo al 2012, pero nada y ahora es cuando para que sirvan.
Los fenómenos naturales representan el mejor aliciente para los alcaldes para justificar la ausencia de obras y el cumplimiento con los programas de acciones que anuncian con bombo y platillo y es cuando se argumenta que debido al marco de las prioridades sociales, se concedió la atención debida a los habitantes para dotarlos de los implementos necesarios para garantizar su subsistencia.
Con discursos de corte sentimental que casi estallan en el llanto, se manifiesta que primero se encuentran las necesidades del pueblo y así con demagogia y "Rollo", los habitantes se enteran que no se hicieron obras debido a que los recursos se utilizaron para aliviar los daños sufridos por los destrozos causados por las aguas.
El caso es que la celebración del bicentenario pinta entre azul y buenas noches con una población que además de no tener nada que celebrar, lo que quiere es conservar su fuente de trabajo que tanto esfuerzo y sacrificio le cuesta mantener.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario