Por. Brenda Noemí Parra Ruíz
Actualmente la situación social no sólo vive problemas delictivos, sino que de igual forma se ha desatado de manera alarmante una ola de suicidios que no sólo ha repercutido en los adultos, sino que los niños y adolescentes son la principal presa de este fantasma que silenciosamente da paso a la muerte.
En una encuesta realizada por TRIBUNA a niños entre 10 y 13 años se encontró que el 60% respondió que alguna vez ha pensado en suicidarse, mientras que el 40% dijo que no. Lo que demuestra que la situación se torna crítica debido a que nos damos cuenta de que estamos fallando como sociedad, principalmente la primera escuela, que en este caso es la cuna familiar.
Respecto a la pregunta de cómo es la relación con su familia; el 35% mencionó que buena, el 40% que mala y el 25% que regular. Siendo que el mayor porcentaje contestó que la relación con su familia no es buena; nos hace pensar que el ambiente que rodea a los niños y adolescentes es de suma importancia, ya que si ellos ven problemas dentro de su hogar, como puede ser la sicopatología de los padres, el comportamiento agresivo intrafamiliar, así como dependencias del alcohol o drogas y la depresión (suya o de sus padres), serían factores que inducirían a los infantes a desarrollar tendencias suicidas. Esté cuestionamiento se relaciona con la pregunta que se hizo de las causas que les harían tomar la decisión de suicidarse, en este caso la mayoría con un 45%, respondió que los problemas familiares mientras que el 30% respondió que la depresión y el 25% que los problemas escolares.
Conforme a la pregunta que si les gusta lo que están haciendo actualmente, el 27% contestó que si, el 23% que no y el 40% que a veces. Lo que muestra que no están totalmente a gusto con lo que hacen de forma cotidiana, generando en ellos desaciertos e inconformidad.
Según la Escuela Nacional de Trabajo Social; el ahorcamiento, el uso de armas de fuego y los fármacos son las formas más comunes de quitarse la vida, además de que cerca de 49 por ciento de los casos no tienen una causa conocida. Mientras que según estudios previos, los individuos con una historia de abuso sexual en la infancia o maltrato infantil son tres veces más vulnerables a volverse depresivos o suicidas durante la adolescencia o la edad adulta.
Por lo dicho; es de vital importancia que los padres de familia estén pendientes de la conducta de sus hijos, mantengan comunicación con ellos. Hay que recordar que si los niños y adolescentes no encuentran amor y comprensión con sus familiares, difícilmente podrán salir adelante, pues muchas veces caen en la depresión, principal factor que conlleva al suicidio. Hay que darle a conocer a nuestros jóvenes que no están solos, que tienen nuestra compañía y afecto, sobre todo nuestra comprensión, pero realmente hacerlo porque de lo contrario las consecuencias desgraciadamente serían irreversibles y entonces nos daríamos cuenta demasiado tarde que lo que se pudo haber evitado ya no es posible. Valoremos a nuestra familia, día con día mostrémosle lo importante que es en nuestra vida, no la humillemos sino todo lo contrario. Si hacemos eso de forma correcta entonces de igual forma la sociedad nos lo agradecerá porque los frutos serán buenos y por resultado habrá menos suicidios en jóvenes que todavía empiezan a vivir.
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