Fausto Méndez Jiménez: En el recuerdo del discurso pedagógico.

La pregunta es ¿Por qué ya no hay maestros como él? Si los hay, son en verdad muy pocos.

Por Bartolo Jiménez Méndez

El Pueblo de Tacotalpa y todo lo que se relaciones con la educación en Tabasco, recuerdan la memoria y presencia de un educador que se inició en el aula de las comunidades rurales y desde allí, por méritos propios ascendió en la jerarquía hasta ocupar los más altos puestos, entre otros el de dirigente del S.N.E y su Delegación en Tabasco y la de titular de la S.E.P., en el estado.

Hay que aclarar una cosa, que el profesor Fausto Méndez. No fue un dirigente cualquiera sino que un forjador de conciencias para que las nuevas generaciones adquirieran la conciencia del cambio social que se gestaba en el concepto de la nueva educación y por eso, era un hombre de talento, investigador, siempre lector que explicaba las cosas con facilidad y nunca prometía lo que no se podían cumplir como ocurre en la mayoría de los políticos improvisados que repiten cartabones que ni ellos mismos creen.
Amigo del entonces gobernador, Salvador Neme Castillo, se habían propuesto darle todo a los niños de preescolar, primaria, secundaria,Media Superior y profesional, para quedos los niños de Tabasco, los adolescentes y jóvenes, tuvieran un espacio en el aula con equipos en todos los c ampos para que la cultura y el deporte, estuvieran presentes como una actividad íntimamente ligada a su formación académica.
La consigna era construir el presente y poner sólidas bases al futuro con la motivación de que los escolares no vieran en sus centros de enseñanzas en estructuras de cemento y de maestros chamberos que buscan la alternativa de los buenos salarios y las prerrogativas que estas representan para el disfrute del confort que aportan las instituciones educativas en favor de su personal docente y administrativo.
La idea fundamental en el profesor Méndez Jiménez, no eran los edificios modernos que dan la idea de una escenografía que en su esencia puede ser diferente y la inclinación de los alumnos por participar como parte y no como elemento de la misma, pueden ser fundamentales y el tiempo nos ha dado la razón, cuando al personal docente le interesan los beneficios de obtener regalías y prebendas a dedicarse a la formación de cuadros intelectuales y por esa causa, los niveles de asimilación de los estudiantes nos dan índices muy bajos en materia de conocimiento cuando Tabasco, debía de tener uno de los más altos por las causas históricas que le dieron origen dentro del Garridismo, que fue la escuela de la transformación de conciencias impulsada por la convicción de transformar la realidad de un pueblo donde el 90 por ciento de sus habitantes no sabía LEER NI ESCRIBIR.
Recordar al maestro Fausto Méndez Jiménez, es hacerlo con palabras mayúsculas y ojalá aquellos líderes sicofantes que se dicen sus seguidores como Santana Magaña, Rubén Magaña, Moisés Valenzuela ,David Alonso Aguirre, Roger Arias, Diego Animas, tuvieran una pizca de lo que fuera el gran maestro, pero nada, se la han pasado buscado acomodamientos políticos y encabezando inconformidades que no son más que disputas del poder y los privilegios que significa la Delegación del sindicato magisterial, SNTE, pero que se podía de esperar cuando la dirigente nacional Elba Esther Gordillo es todo un cao para Ripley en materia de corporativismo sindical y control de todos los hilos que mueven a todos los grupos y corrientes que lo conforman y por lo tanto, es el ejemplo más negativo que se le puede dar a la juventud estudiosa.
¿Qué ejemplo se le puede dar a la juventud estudiosa de Tabasco y de México con esos dirigentes?

Por lo tanto, honrar la memoria del profesor Fausto Méndez Jiménez, es recordar a un hombre sencillo y bueno, bien intencionado y constructor de conciencias y mentalidades para que Tabasco creciera en todos los renglones de su desarrollo y que el estudio, la preparación y la eficacia se convirtieran en las más grandes aspiraciones de los hombres y mujeres del trópico.

Tacotalpa tiene en el profesor Fausto Méndez, a un hombre a la altura del arte del cual se podrían contar historias y costales de anécdotas cuando en las comunidades les llamaba a los habitantes más viejos por su nombre y hasta por sus apodos: -si no es cierto lo que digo aquí que lo afirme o niegue Masho -¿Qué dices Masho?.
La pregunta es ¿Por qué ya no hay maestros como él? Si los hay, son en verdad muy pocos.