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Mónica y el Síndrome de Los Tecolines 


Luis Antonio Vidal 

Hora después de la presentación del programa Corazón Amigo, cuyo anuncio encabezó con singular regocijo el pasado martes el gobernador Arturo Núñez, Mónica Fernández Balboa publicó en su facebook: “Meses de trabajo y lo que se viene. Es por los que más lo necesitan. El reto es beneficiar a las personas más vulnerables y hacer visible a un grupo que ha padecido históricamente exclusión”. Al día siguiente -ayer miércoles por la mañana- Fernández se retractaba de su anhelo por “los meses de trabajo y lo que se viene” y publicaba ahí mismo, en la misma cuenta: “Queridos amigos, por este medio informo que hoy culmino una etapa valiosa de mi vida, ya que he renunciado a la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Estado de Tabasco.  “Antes que se enteren por otros medios, prefiero que ustedes, mis amig@s, sepan que mi decisión es estrictamente por motivos de carácter personal. La vida es muy generosa conmigo y me ha ofrecido otra oportunidad que tomo con gusto, y si Dios quiere pronto estaré comunicándoles mis nuevos derroteros”. ¿Qué le pasó? ¿No que muy animada por los meses venideros y el trabajo a favor de los desprotegidos? Fernández tiene todo el derecho de argumentar su renuncia a asuntos personales y atribuir la decisión a su boda con Carlos Rojas. Pero no tiene derecho a mentir. Seguro ha de andar muy ocupada en organizar su despedida de soltera y no puede atender el primer y único programa social logrado como Secretaria. A otro perro con ese hueso. 

SU IRREVERENCIA 
 Dejar tirada su responsabilidad a como lo hizo y renunciarle al gobernador a través de facebook, implica falta de respeto y profesionalismo. Una irreverencia. Llevó la intención de exhibir pobreza de autoridad en el gobierno; de paso, regocijarse con su insolencia. Se faltó al respeto ella misma, al aducir su renuncia al cargo pretextando el sagrado matrimonio, a como le llaman los curas. Al anunciar en facebook su primicia, Mónica ganó la percepción: se dio el lujo de salirse del gobierno y no ser despedida. Un par de horas después de esa publicación electrónica, el gobierno de Tabasco oficializó el anuncio con un boletín de prensa donde lo menos relevante fue el interés de destacar una supuesta gratitud de Núñez a Fernández. No consignó agradecimiento alguno, sólo un simple “valoro el trabajo realizado por Mónica”. Mero protocolo, escueto y frío… en el último párrafo. ¿Qué sucedió entre las horas transcurridas después del anuncio del Corazón Amigo y la decisión de Mónica? ¿Se le rompió el corazón a la ex funcionaria y se quedó sin su amigo gobernador? La versión original la tienen Núñez y Fernández. Advierte, claro, una poderosa evidencia: el choque entre grupos políticos en el gabinete va en aumento. O tal vez esa noche del martes, a Mónica le entró el Síndrome de Los Tecolines: ansiedad, angustia y desesperación, diría Rafael Pérez Gay. Se deprimió y renunció pensando en su luna de miel y el viaje de bodas. Ajá. 

SU PASO NOCTURNO 
Más allá de la forma, a decir verdad a nadie ha conmovido la salida de la hoy ex Secretaria de Desarrollo Social. Pasó de noche por una encomienda considerada columna vertebral de todo gobierno de izquierda. Nadie sabe -quizá Núñez sí- a qué se dedicó Mónica en estos casi 14 meses en la SDS. Tardar más de un año en organizar una Secretaría, es un insulto a la administración pública tan ávida de resultados inmediatos. En fin, es probable Fernández no le vea futuro a este gobierno. Quizá piensa en todas las promesas incumplidas y ello abre la rendija a Morena para capitalizar el desencanto ciudadano contra el PRD transformado en gobierno. Quizá, quizá. Sólo que renunciar por facebook al gobernador, es una majadería, un agravio a las elementales reglas de cortesía de la política y la gratitud humana. A ver si algún otro funcionario sale en estos días para renunciar por twitter… o por cartita a la radio matutina, deprimido por un bolero de Los Panchos.

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