Las ferias de Teapa a través de la historia

  • Remembranza de cuando la máxima feria era en el parque central  y cuando  el alcalde Juan Vicente Cano la traslada por primera vez a un terreno en el boulevard “Fco Trujillo Gurría”.
  • La última feria que se festejó en el parque central fue durante la administración del alcalde Higinio Arias Arévalo (1983-1985)

Pedro Jiménez Torres


En el 95 el entonces presidente municipal de extracción opositora(PRD), 

Carlos Mario Ocampo Cano invita en ese tiempo al  líder nacional del PRD,
Andrés Manuel López Obrador,  a la inauguración de la Feria de Teapa de su
 primer año. En ese tiempo no fue invitado el gobernador Roberto Madrazo
 Pintado como era costumbre durante las inauguraciones de la ferias.
Realmente fue una feria perredista en la Sultana de la Sierra.
Tenía 30 años que la feria se efectuaba en el boulevard y lo  que hoy se le llama “Parque Ecológico”. Esto se acabó y a partir de este año, la tradicional Feria de Teapa se va para las áreas de la Ciudad Deportiva. Vamos a recordar la historia un poco: La rueda de la fortuna daba vuelta con sus encendidas luces de fluorescentes en vueltas en  papel celofán de varios colores y su música; los carritos chocones iban y venían conjugados con los gritos divertidos de la gente; el merolico aquél anunciaba la pesca de los pescaditos con suerte; la algodonera con su olla y su molino, daba forma a sus bolas de algodón rosado mientras las sabrosas palomitas brincaban y el churrero metía al aceite hirviendo su largas longanizas en círculo de sabrosa composta;  se oían las respuestas de la mujer castigada y convertida en tortuga “por desobedecer a sus padres”; en el juego de las canicas perdían o ganaban los alegres paseantes de la ciudad y de las rancherías de Teapa; ¿dónde quedó la bolita?, gritaba un ágil chapucero del juego de azar tan divertido para muchos; los “caballitos” para diversión de los niños no faltaban, ni mucho menos los “stands” de la cerveza Superior” “¡La rubia que todos quieren!” y el de la ¡¡¡¡Corona!!!! “tan sobrosa la chiquita como la grandota” para la diversión de los grandes. Por allá, se oía a otro profesional del meroliqueo, una figura emblemática de la feria de Teapa y de todas las ferias que he visto en mis pocos momentos de lucidez: “¿no le gusta? –viendo al cliente el merolico-, pues llévese este cobertor para el frio, ¿tampoco?, ¡pues aquí le doy un juego de preciosas ollas de plástico para hacerle la comida al viejo y a los chamacos!; ande, ¡lléveselo por 50 pesos!, ¿no?, ¿no lo quiere?, a ver, a ver, ¡deme 30 pesos y no me diga nada!, porque, porque hoy, estoy de buen humor y no me para nadie; a ver, vamos también, vamos también, a darle algo que le voy a regalar, le voy a regalar, vea, ya con ganas de que se lleve bastante a  casita, ¡otra colcha para el frio!” Y los compradores pagaban y se iban satisfechos con sus tiliches comprados y las dos colchas hechas para el frio de Puebla o del Pico de Orizaba pero no para estos calores de Tabasco que nos cambia de un día para otro entre soles abrazadores y lluvias y vientos de diciembre siendo abril. La cosa es que la gente se divertía y aparte ya con un poquito de hambre, o se sacaba el envoltorio del morral para batir pozol y comer manea, o se acercaban a los tantos puestos de comida, tacos, caldos, que pululaban por todas partes del parque central de Teapa y las calles de sus alrededores. Vendedores que hacían su “agosto” en pleno mes de mayo gracias a los festejos de La Santa Cruz entre la víspera del dos y la mera fiesta del tres de mayo, la verdadera fiesta de los teapanecos. En el parque central, durante tres días en que “bajaba” la campesinada con sus morralitos y cosas para vender y su gente de las rancherías al “pueblo”, venían a la feria a divertirse aunque el jefe de familia se pasara los tres días chupando en una mesa a lado de los chilpayates y la “vieja”; las familias dormían por lo regular en improvisados dormitorios dentro de las áreas verdes y hacían sus necesidades en el mismo lugar del corazón de la ciudad de Teapa, y eso, no era todo, el célebre y conocido Romero, dueño del “As Negro” en su pleno auge de la venta de alcohol, vendía día y noche su producto etílico a raudales y los campesinos rodaban por todo el parque, se quedaban dormidos donde el trago los noqueaba, mientras los policías y la cárcel que estaba en el palacio municipal de hoy, no se daban abasto para recoger y meter a tanta gente que al otro día pagaban su multa por concepto de “faltas a la moral por orinarse en plena vía pública”. El centro de Teapa, en feria, era realmente una feria del pueblo, pueblerina de aquellos años 60-70-80 donde se divertían todos, ricos y pobres. Y la música con los gritos de venteros fuereños convertidos en verdaderos ofertadores de imaginativos fríos que nunca han habido en Teapa, vendían colchas tan gruesas como para matar a cualquiera con el calor este de 40 grados, mientras los “premios” de las canicas, de los pelotazos, de los dardos, del martillo al más forzudo, se hacían por las mañanas con yeso y se pintaban al vapor por la gran demanda. El centro de Teapa –terminada la feria-, quedaba como campo de batalla o peor, no con pedazos de cuerpos y muertos por doquier; era la gran pestilencia de los ríos de orín, caca, basura, vómitos, gargajos; las áreas verdes se convertían en negras y todo se tenía que recomponer, porque en sí, esta era la gran fiesta del pueblo teapaneco. Y no existían los celulares digitales, el Whastsapp, el feis, el internet, twiter y tantas otras pendejadas que se tienen hoy para comunicarse, ¡hasta los paleteros y vende dulces, el nievero, el de los raspaditos, el taquero, el bolero, el cojo, el manco, tienen su celular! ¡Y cualquier discapacitado se discapacita con estos aparatos! 
Pero todo esto ya pasó. Esto es hoy un recuento de la feria cuando el parque central, en mayo, era el ombligo del mundo de la tradicional fiesta De la Santa Cruz –así lo oí en los años 70s-. Pero llega Juan Vicente Cano Cano (1986-1988). Y decide cambiar los festejos de la feria del parque central a un terreno en el boulevard donde actualmente se encuentra el edificio del IMSS, posteriormente la alcaldesa   Gladys Cano Conde (1989-1991), le hace un reajuste ampliando el espacio para tener más amplitud y ocupar las áreas verdes por el frente de lo que es hoy el Casino del Pueblo y la cancha de usos múltiples. 
El MVZ Elio Beltrán Cadena del PRI (1998-1999) y el presidente interino Juan José León Ríos inician el proyecto de obras del llamado parque ecológico  el Parque Ecológico, pero  que posteriormente oficialmente inaugura Marco Antonio Espadas (2001-2003). De ahí pal real. La feria que duró toda una gran época costumbrista en el hoy bello parque central de aquellos tiempos que ya no vuelven, sufre su primer cambio radical con la decisión tomada por Juan Vicente Cano cuando dice no, esto se acabó y la feria, deja de ser en el parque central y la cambia por el Seguro Social. Así, Juan Vicente Cano fue el primer Presidente que se atrevió a recomponer costumbres obsoletas en materia de diversiones tradicionales como la feria, y hoy su hijo Jorge Cano, 30 años después que duraron los festejos de la feria del tres de mayo en este lugar, la cambia a un terreno de la unidad deportiva. Muchos años en el parque central. Una vida, tragedias, y diversiones. Hoy, por razones de espacio y cuidado a estos lugares que se van ganando para el bienestar de los propios tepanecos, la feria, por instrucciones del actual Presidente Municipal de Teapa, Jorge Cano Gómez, hijo del otro ex presidente municipal que hace el primer cambio radical de la gran feria de los teapanecos, repite de manera similar o algo parecido mejor dicho, a lo que hizo su padre; y por las razones expuestas, la feria se va  a la ciudad deportiva y le apuesto que  aunque usted diga que está lejos y no va a ir, ¡allá nos vamos a ver la cara! Porque si de fiesteros se trata, ¡véngase a Teapa y diviértase a lado de los teapanecos!  ¡Y de los albañiles ni se diga! El día de la Santa Cruz es el día santo y sagrado de los que construyen casa y no tienen para vivir! ¡Así es Teapa señores!.  

En el año de 1999, el entonces extinto alcalde Manlio Beltrán Cadena corta el listón inaugural de la feria de Teapa. Asiste en representación del gobernador Roberto Madrazo Pintado, el secretario técnico del gobierno del estado, Alejandro Bojorques Muñíz. La embajadora de ese tiempo fue  Luisa Fernanda Sánchez Prats.

El gobernador Manuel Gurría Ordoñez asiste como invitado de honor a la inauguración de la feria de Teapa 1993 siendo presidente municipal Oscar Llergo Heredia. Ahí mismo la embajadora Tania Asmitia Quintero.



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