- La administración de Esperanza Méndez recibió un brutal adeudo de 143 mdp, que es casi dos tercios del presupuesto anual de 209 mdp.
Daniel Becerra Conde
En el informe de sus primeros 100 días de gestión, la alcaldesa de Jalapa, Esperanza Méndez Vázquez, reveló un panorama desolador por el lamentable estado financiero de la administración pública, que pone al ayuntamiento en condiciones muy comprometedoras debido al enorme adeudo de casi dos terceras partes de su presupuesto anual, que viene acumulándose desde hace cinco trienios.
En dicho acto que ya se convirtió en moda aunque no obedece a un mandato legal sino más bien a un impacto mediático, la presidenta municipal afirmó que recibió una deuda total de 143.6 millones de pesos, mientras el presupuesto para este año es de 209 millones, de los cuales tendrá que apechugar 27 millones en pagos a intereses, adeudos con CFE y de laudos laborales, entre otros conceptos: es decir, ejercerá 182 millones de pesos, que representa una reducción del 13% de su presupuesto original, tan sólo en este arranque de su administración.
De acuerdo con el reporte financiero, el lastre más pesado es el adeudo de 75 millones de pesos más intereses derivado de un Juicio Mercantil con el Banco Interacciones, contraído en mayor parte durante el malogrado trienio del tristemente célebre Antonio Priego Oropeza (2007-2009) y que se agravó con su sucesor Luis Francisco Deyá Oropeza (2010-2012) por concepto de multas y recargos de intereses.
No obstante, se tiene documentado que los adeudos del municipio datan desde la época de Jaime Córdova Contreras (1995-1997) y tuvieron un crecimiento brutal durante los trienios de Roger Pérez Évoli (2001-2003) y Edisson Hernández Pinto (2004-2006), para explotar con el citado Toño Priego y agravarse con Luis Francisco Deyá.
Al margen de la responsabilidad legal que cada uno de los ex alcaldes tuvo y que inclusive algunos fueron solapados por altos funcionarios del Tribunal Superior de Justicia, como lo fue el entonces magistrado presidente Rodolfo Campos Montejo; del Congreso del Estado, con Rafael Abner Balboa Sánchez a la cabeza; y hasta de la propia Secretaría de la Contraloría del gobierno estatal, de la que fue titular el propio Roger Pérez; lo fundamental es que hoy día el pueblo de Jalapa enfrenta el peor escenario posible, sin viabilidad de desarrollo y peor aún: sin derecho a créditos de financiamiento para mitigar las crecientes demandas de obras y servicios a los que tienen derecho.
En el ocaso de su cuestionado trienio, el ex alcalde Luis Deyá declaró que durante su administración no realizó ningún contrato de deudas y que dejaba un déficit de 150 millones de pesos, razón por la que no realizó ninguna obra relevante, ya que no contó con recursos para su ejecución.
Por su parte, su sucesor Ovidio Hernández Pérez (2013-2015) reveló que heredó una deuda de 106 millones de pesos, de los cuales 53 millones correspondían al adeudo con Interacciones, misma que día a día crecía más por los intereses y por tanto, durante su administración no hubo tampoco grandes obras que pudieran cubrir las necesidades de la población.
Ahora corresponde a la alcaldesa Esperanza Méndez hacer magia con esa herencia maldita que prácticamente la tiene atada de manos y sin capacidad de reacción para enfrentar el brutal rezago social que mantiene al municipio sumido en la marginación.
Tan sólo en sus primeros tres meses de gobierno asegura haber pagado casi dos millones y medio de pesos por demandas civiles de proveedores, de un total de 20 millones de pesos; más dos pagos parciales con la CFE por el orden de los 733 mil pesos, que son parte de un total de 7 millones.
Y ni qué decir de los laudos laborales, que son otro pesado lastre que enfrentan no sólo Jalapa sino todos los 17 municipios del estado, y que obligan a reflexionar sobre la necesidad de legislar para evitar este fenómeno que cada fin de administración se viene agravando.
Cita en su informe de los primeros 100 días que para este año fiscal se le asignó al municipio de Jalapa un presupuesto de 209 millones de pesos, de los cuales habrá que pagar 27 millones en deudas, desglosadas así: 13 mdp corresponden al 8% anual en participaciones; 2.8 mdp de adeudo con la CFE; 10.2 mdp para cubrir el compromiso con el banco Interacciones y 0.9 millones de pago a laudos laborales.
Con este panorama gris, poco puede esperarse de una administración que lucha contracorriente para cumplirle a los jalapanecos, aunque la máxima autoridad municipal deberá redoblar esfuerzos, tal y como pidió a sus colaboradores, aportando un poco del significado de su nombre, para que el municipio no se hunda en la desesperanza.
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