La amenazó con una pistola
Denuncia amenazas en su contra Adriana
Montoya, por parte de Raymundo Cano
Con una actitud caciquil la amenazó, mientras los hijos del licenciado Cano le dieron una tunda a dos de sus primos
La Redacción
Hasta la mesa de redacción de TRIBUNA llegó la joven Adriana Patricia Montoya Pérez para hacer la denuncia en contra del señor Raymundo Cano que, según su dicho, el pasado 31 de enero del presente año la amenazó apuntándole con una pistola en la frente cerca de los baños de la gasolinera del “español” como a eso de la diez de la noche, pero que logró salir corriendo y al voltear —señala la presunta agraviada— vio cómo Raymundo Cano junto con su hijo del mismo apellido y otras personas, le pegaban a sus primos José Manuel y Miguel Ramón Montoya Melo.
Agrega que la esposa del que la amenazó pretendió seguirla, pero al no poder alcanzarla le ordenó a su hijo que lo hiciera, sin embargo él tampoco pudo alcanzarla porque ella corrió hacia el hospital “Nicandro Melo”.
Adriana Patricia Montoya Pérez denuncia ante esta Redacción que aun con todo esto, la esposa del señor Raymundo Cano, de la cual desconoce su nombre, le gritó que se cuidara “porque la iba a matar” y que desconoce el motivo de tales agresiones donde salen afectados tanto ella como sus primos, por lo que tuvo que presentarse ante el Ministerio Público Investigador, Licenciado Miguel Jesús Ramos Pérez, para iniciar una querella dentro de la averiguación previa IT-053/ 009.
Cabe mencionar que después de todo lo sucedido, la familia agresora se subió a la camioneta en donde viajaban, color blanca, Toyota Tacoma, con placas VP-12-723, pero que como llegó la policía municipal que comanda Mario Balboa, le dieron alcance a la altura de la escuela secundaria “Noé de la Flor Casanova” y fueron detenidos y trasladados hasta las instalaciones de dicha corporación, donde más tarde fueron dejados en libertad yéndose tranquilamente a su casa el señor Raymundo Cano y su familia, sin que fueran remitidos al Ministerio Público por probables delitos diversos, y todo al estilo del Viejo Oeste, o al viejo estilo de aquél Teapa en donde todo se arreglaba a punta de pistola, como en este caso que cuenta la señora Adriana Patricia Montoya.
La denuncia está ya puesta formalmente ante la autoridad competente y solamente pide al Procurador de Justicia en el estado que se llegue al fondo del asunto, porque no es posible que sucedan tales hechos en un Estado de Derecho, que se sigan presentando este tipo de actos a toda costa repudiados por la sociedad, como a la antigüita, cuando el todopoderoso del pueblo hacía y deshacía a como se le pegara su regalada gana pisotear los derechos de la gente humilde.
Esos tiempos ya pasaron y la joven agraviada pide que se aplique la ley porque ignora y desconoce el por qué fue amenazada por Raymundo Cano y su esposa, “güera, rubia, ojos verdes, alta y delgada”, según la describió ante el MP, porque no sabe su nombre.
El Procurador ya tiene conocimiento de estos hechos que son una vergüenza para la sociedad Teapaneca, pues si esto es cierto —y existe una presunción por la denuncia presentada por la señora—, son reprobables tales actos. Es obligada una investigación a fondo.
Denuncia amenazas en su contra Adriana
Montoya, por parte de Raymundo Cano
Con una actitud caciquil la amenazó, mientras los hijos del licenciado Cano le dieron una tunda a dos de sus primos
La Redacción
Hasta la mesa de redacción de TRIBUNA llegó la joven Adriana Patricia Montoya Pérez para hacer la denuncia en contra del señor Raymundo Cano que, según su dicho, el pasado 31 de enero del presente año la amenazó apuntándole con una pistola en la frente cerca de los baños de la gasolinera del “español” como a eso de la diez de la noche, pero que logró salir corriendo y al voltear —señala la presunta agraviada— vio cómo Raymundo Cano junto con su hijo del mismo apellido y otras personas, le pegaban a sus primos José Manuel y Miguel Ramón Montoya Melo.
Agrega que la esposa del que la amenazó pretendió seguirla, pero al no poder alcanzarla le ordenó a su hijo que lo hiciera, sin embargo él tampoco pudo alcanzarla porque ella corrió hacia el hospital “Nicandro Melo”.
Adriana Patricia Montoya Pérez denuncia ante esta Redacción que aun con todo esto, la esposa del señor Raymundo Cano, de la cual desconoce su nombre, le gritó que se cuidara “porque la iba a matar” y que desconoce el motivo de tales agresiones donde salen afectados tanto ella como sus primos, por lo que tuvo que presentarse ante el Ministerio Público Investigador, Licenciado Miguel Jesús Ramos Pérez, para iniciar una querella dentro de la averiguación previa IT-053/ 009.
Cabe mencionar que después de todo lo sucedido, la familia agresora se subió a la camioneta en donde viajaban, color blanca, Toyota Tacoma, con placas VP-12-723, pero que como llegó la policía municipal que comanda Mario Balboa, le dieron alcance a la altura de la escuela secundaria “Noé de la Flor Casanova” y fueron detenidos y trasladados hasta las instalaciones de dicha corporación, donde más tarde fueron dejados en libertad yéndose tranquilamente a su casa el señor Raymundo Cano y su familia, sin que fueran remitidos al Ministerio Público por probables delitos diversos, y todo al estilo del Viejo Oeste, o al viejo estilo de aquél Teapa en donde todo se arreglaba a punta de pistola, como en este caso que cuenta la señora Adriana Patricia Montoya.
La denuncia está ya puesta formalmente ante la autoridad competente y solamente pide al Procurador de Justicia en el estado que se llegue al fondo del asunto, porque no es posible que sucedan tales hechos en un Estado de Derecho, que se sigan presentando este tipo de actos a toda costa repudiados por la sociedad, como a la antigüita, cuando el todopoderoso del pueblo hacía y deshacía a como se le pegara su regalada gana pisotear los derechos de la gente humilde.
Esos tiempos ya pasaron y la joven agraviada pide que se aplique la ley porque ignora y desconoce el por qué fue amenazada por Raymundo Cano y su esposa, “güera, rubia, ojos verdes, alta y delgada”, según la describió ante el MP, porque no sabe su nombre.
El Procurador ya tiene conocimiento de estos hechos que son una vergüenza para la sociedad Teapaneca, pues si esto es cierto —y existe una presunción por la denuncia presentada por la señora—, son reprobables tales actos. Es obligada una investigación a fondo.
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