APOCALIPSIS Y TECNOLOGIA. LA NATURALEZA EMBISTE CON SAÑA

La Solidaridad con Japón es con Nosotros Mismos.
Por Bartolo JIMENEZ MENDEZ.
(Para Telereportaje)

La humanidad entera ha visto en la pantalla de las cadenas televisivas, internet, radio, prensa escrita los impactos y las reacciones del terremoto, tsunami y afectación de reactores nucleares en Fukusima que han arrojado saldos verdaderamente espasmódicos en una sociedad tecnológicamente desarrollada y preparada con todos los adelantos modernos contra terremotos, inundaciones, tifones, tormentas de nieve, derramamientos tóxicos, erupciones y todo tipo de desastres.
A las nuevas sociedades nos hicieron referencias de grandes guerras y destrucciones como la erupción del volcán que arrasó a Pompeya y los desbordamientos de los ríos Tigris y Eufrates que fuera calificado bíblicamente como el diluvio universal y otras, como El Caballo de Troya y el asalto por los bárbaros de La Muralla China.
Pero de esas historias que leímos en los libros de historia no hay antecedentes y de Pompeya, Egipto y la Muralla, existen los vestigios que son las ruinas lo mismo que en Palenque y las Cabezas Olmecas gigantescas, pero ahora no lo supimos por fuentes narrativas sino que las imágenes pasaron ante nuestros ojos a como pasó la destrucción de Las torres gemelas y la guerra del Golfo Pérsico, lo mismo que las fotografías de Herosima y Nagashakidespués de las explosiones atómicas en la Segunda Guerra Mundial.
Hoy Japón vive los arrebatos del poder incontenible de la naturaleza que no se detiene ante nada y como un botón de muestra, agrede de tal forma al tercer país con más alto nivel de desarrollo tecnológico provocando lo que se llama un holocausto anárquico de agua y movimiento telúrico que todo lo envuelve y aún, con el alto nivel educativo que tienen los ciudadanos nipones en materia de defensa y guardar la disciplina para contrarrestar sus efectos, los impactos los convirtieron en hormigas manejadas a placer por los giros del agua y los desplazamientosepicéntricos que se vertieron uno contra otro sin dirección ni ruta como si continuara la conformación del planeta tierra a partir de elementos gaseosos y líquidos.
Se me ocurre una pregunta, es decir, muchas preguntas sobre México que no estamos preparados para resistir este tipo de fenómeno y eso lo vimos durante el terremoto del 85, que afectó a las construcciones viejas y correosas del centro de la ciudad y de sus colonias como la Roma y Tlatelolco ¿Pero, un temblor de 9.5 grados como este de Japón? La ubicación de poblaciones en litorales y bahías que con cualquier huracán quedan desmanteladas y la desertificación de los ecosistemas que para realizar obras son despobladas de su fauna vegetal como sucede en Tabasco, ¿Donde los humedales, pantanos y lagunas completas como la del Negro, han sido urbanizadas desarticulando los pulmones y respiraderos naturales de la ciudad? Esas son las preguntas que nos preguntan.
Nos resta agregar el alto nivel de contaminación de los suelos cultivables que para estas alturas, la erosión les ha despojado de su capacidad productiva y por esa razón, los habitantes ya no se arraigan en sus lugares si no que les da igual vivir en cualquier parte y se han convertidos en gitanos por la necesidad.
Desde ésta tribuna de Telereportaje, me solidarizo con el pueblo nipón en su momento de tragedia y desgracia a la vez que recuerdo la necesidad de que en Tabasco la Conago y la CFE, procuren dotar al estado de la defensas físicas en obras para estar previniendo cualquier contingencia para el futuro inmediato o mediato, pero el cambio climático ya es un dragón y no un cuento de la Caperucita.

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