Tacotalpa, Tab. Junio de 2015. Cuenta la gente de Tacotalpa que cuando al Quim. David Coutiño le dijeron que había perdido las elecciones, por poco y le da el patatús, el soponcio; el glucosa se le subió -dijo el indio- y por poco queda convertido en un ingenio, un ingenio más productivo que el de Dos Patrias. ¡Y ahora cómo vamos a pagar las deudas, cómo vamos a recuperar lo invertido! Pero andaban de muy sácale punta al clavo y ya hasta las regidurías y direcciones se habían repartido. Ya hasta con reporteros se había apalabreado para ver quién quedaba en Comunicación Social. Ahora lo que se van a repartir es la de “Loqui”. Un cachito pa´mí, un cachote pa´ Ricky. ¡Goloso!
En su rabia y frustración porque el pueblo no votó por ellos, los verdes andan ahora como fieras buscando desquitarse, por eso hablan de fraude, de compra de votos, de acarreos, de que las elecciones no fueron limpias, etc. Mire usted, ¡el burro hablando de orejas! Si hubo un partido que desde hace más de un año se pasó todas las leyes electorales por el arco del triunfo y empezó con el juego sucio, fue el verde. Ya se los había anunciado Manuel Andrade, que iban a ganar puro chile. Pero desde hace más de un año los verdes empezaron a regalar despensas, pintar bardas, dar análisis clínicos y demás. Eso todo mundo lo sabe. Y ya en los días previos a la elección, empezaron a comprar votos en 200, 500 o 1000 pesos. Eso también todo mundo lo vio, llegaban a las casas y les pedían la credencial para votar por Coutiño a cambió de unas cuantas monedas. El verde, pues, se queja de las mismas prácticas que él hizo. Eso se llama cinismo, doble moral, hipocresía, invocar honestidad cuando se es profundamente sucio. Y juran y perjuran limpieza hasta en el nombre de Dios. De veras que ya no hay moral.
Y como no hacer bulla, si cuenta la gente de Zunú que un tal “Paco” a quien habían puesto de regidor, empeñó su rancho por 120 mil pesos para aportarlo a la campaña, don Quirino empeño las chancletas, Isaac Morales “puenteó” a la CFE y Lalo Moreno aportó otro billetote para quedar como Director de Seguridad Pública. Ni más ni menos. Pero la fiesta se les aguó y ahora hay que ver cómo recuperar el cash y hacer la coperacha para comprarle otras chanclas a don Quirino.
Pero lo que tienen que evaluar bien los verdes, es que la derrota de su madracista partido fue culpa de los mapaches que iban a comprar el voto, porque finalmente no repartieron nada sino que hicieron la finta dando unos cuantos pesos y se quedaron con la mayor parte del biyullo. Varios sindicalizados del ayuntamiento de Tacotalpa se quedaron con la marmaja y ahora ni de relajo se acercan por la casa de don David Coutiño. Peores cosas se verán, dijo Chencho “el ciego”. Al rato comprarán pantallas, refrigeradores o una carcachita de medio uso. Todo a salud y a costa de don David Coutiño. Eso es lo que hay que contabilizar, la rapiña, pues hay gente, o sea “promotores del voto”, que “trabajaban” para dos y hasta tres partidos. Cobraban aquí y cobraban allá y luego hasta el billete se llevaron.
Comentario aparte, hay que decir que todo eso de la compradera de votos los días previos o el día de la elección, es una terrible realidad en México, todo mundo lo ve, todo mundo es testigo, y todavía los politólogos, sesudos analistas, dirigentes de partidos y gobernantes en la radio o la televisión ¡hablan de democracia! Pero en fin.
Lo cierto es que hoy los del “Grupo de Liche Solís” están tristes porque ya no podrán construir otro hotel, los de Pedro Palomeque ya no cobraran como aviadores ni Ricky ni Luis Zenón serán directores, tampoco “Lelo” Torres volverá a ser regidor, tampoco los chayoteros ocuparán comunicación social ni los dirigentes burócratas podrán ponerse las compensaciones salariales que ellos quieren. Eso entre unos cuantos damnificados por la elección.
Ahora hay que talonear para pagar las deudas, hay que decirles a toda esa bola de flojos que los rodean que se pongan a trabajar, que empiecen a despintar las bardas y decirles que esta vez no hubo de piña para la niña….a pesar de todo el dinero chiapaneco que llegó.
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