REDACCIÓN/ORO NEGRO
Suertudos, los hermanos Mollinedo Zurita se han apoderado de Jalapa e ilusamente creen que pueden hacerlo con el PRD estatal, y de que con el apoyo de Agustin Silva, poder escalar a una secretaría o una dirección general a la que ya le tienes puesta la mira.
Es cierto, la política es de circunstancias y en Jalapa se demuestra. Ana Karen Mollinedo Zurita, a los 23 años, llegó a ser diputada por el distrito 11 para sustituir –por disposición del Tribunal Electoral, en cumplimiento a la equidad de género en candidaturas– a su hermano José Alfonso que había hecho talacha como regidor.
Después de altas y bajas en la preferencia ciudadana de Jalapa y en el reacomodo político, los hermanos Mollinedo parecen levantarse: José Alfonso llega a la próxima legislatura local por el mal gobierno del priista Ovidio Hernández Pérez y Ana Karen se dispone a asaltar a la dirigencia estatal del PRD.
Con traiciones e intrigas entra Ana Karen a la política. En enero de 2013, el alcalde priista de Jalapa, Ovidio Hernández Pérez, sostuvo una reunión privada con la novel diputada perredista con el pretexto de que iban acordar acciones con las que deberían sacar adelante al municipio.
“No dejaré sólo al presidente municipal en su lucha por un cambio para Jalapa”, dijo Ana Karen en aquella ocasión después de que su partido había perdido la alcaldía.
A tres años de esas palabras, Ana Karen revierte y advierte que Hernández Pérez “tendrá que cumplir con el procedimiento que marca la ley, de lo contrario será sancionado” al conocer que el Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE), le fincaría observaciones por 10 millones 939 mil pesos a la cuenta pública de 2014.
El intento de fraudede los Mollinedo
El voto del triunfo de 2012 fue porque Ana Karen representaba a la persona que podría concretar la esperanza de que los políticos actuaran con honestidad.
Pero no fue así. Aprobó, y lo tenía que hacer, a la controvertida cuenta pública de Luis Deya con 50 millones de pesos con problemas de comprobar; lo tenía que hacer porque había sido alcalde de su partido y José Alfonso había estado como regidor.
En pago a haberle dejado el lugar, Ana Karem designó a su hermano “asesor” pero aunque aseguraron su sobrevivencia económica se fueron retirando de sus simpatizantes a quienes ni con despensas los convencía de que siguieran con ellos.
Los hermanos Mollinedo aprendieron rápido. Para tratar de mantener su presencia política sin gastar dinero, trataron de hacerlo con dinero federal y urdieron una triquiñuela.
José Alfonso junto con su hermana intentaron defraudar al Servicio Estatal de Empleo acreditando a amigos suyos para que fueran empleados, cada uno de ellos, por sus padres y ganaran dinero “sin dar golpe”. Fueron descubiertos y el proyecto no les fue aprobado.
Eso les pesó. En la contienda interna para Consejeros Electorales sintieron lo que es la derrota, del escaso 36 por ciento de los votantes que acudieron a votar, José Alonso perdió ante Fermín Torres que ganó con mil 1617 votos.
Los Mollinedo pertenecen a la corriente Unidad por Tabasco (UT), el cual forma parte de Nueva Izquierda (NI), de los Chuchos.
Hace un año, los hermanos Mollinedo Zurita orquestaron un ataque contra el alcalde Ovidio Hernández Pérez, con la complicidad de Ángela Camacho Peralta y el delegado municipal Manuel Pérez Camacho para agredirlo de manera directa.
Les dijeron que incluso detuvieran los vehículos al costo que fuera y lo hicieron.
El 4 de diciembre del año pasado durante una gira de trabajo por la ranchería Tequila acorralaron al edil de Jalapa. Ángela se subió al cofre de del automóvil del alcalde, quien, sorprendido por el tumulto, trató de salir de la comunidad con la mujer sobre el vehículo.
Cerca de cuarenta personas de la comunidad se enfrentaron con los elementos policiacos del municipio que rescataron al presidente municipal.
Por si fuera poco, un músico compositor denunció en Telereportaje que José Alfonso no le pagó un tema para su campaña proselitista.
La Mollinedo, al mejor
postor
Uno de los reposicionamientos de los hermanos Mollinedo, fue el del 31 de julio del año pasado, cuando hábilmente, el entonces coordinador de asesores del gobierno del estado, Agustín Silva Vidal, armó diversas planillas para asegurarse la posición de consejero nacional y estatal e influir en decisiones de los 17 consejos municipales.
En la planilla que encabezó Silva Vidal, denominada Unidad Por Tabasco que estaba respaldada a nivel nacional por la corriente Nueva Izquierda de Jesús Ortega Martínez, destacó entre los apuntados la diputada local Ana Karen Mollinedo Zurita.
Hace tres años Ana Karen se dijo sorprendida por haber triunfado como diputada local. “Quiero ganarme un lugar, quiero que la gente confíe en mí, quiero que este tiempo digan que valió la pena haber votado por mí”, dijo en aquella ocasión.
Hoy, vuelve a decir, con apariencia de ingenua, que se sorprende de la propuesta para que dirija al PRD estatal, “en estos momentos ni me encarto ni me descarto”.
“Agradezco la consideración que el compañero Juan José Martínez Pérez hizo hacía mi persona, pero ahora tengo un compromiso que terminar en el Congreso local”, devolvió el cumplido.
Insistió en que era un honor el comentario de que una mujer podría ser propuesta para la dirigencia estatal de su partido.
“Por supuesto, los jóvenes, las mujeres sobre todo, tenemos la responsabilidad y como militante de mi partido, cualquiera puede estar a la altura de tomar las riendas y las decisiones”, saboreó Ana Karen al ser mencionada para el cargo partidista.
Hoy podemos decir que Ana Karen Mollinedo pasó sin pena ni gloria por el Congreso local, su incapacidad como política no esta a discusión; basta hacer el recuento de sus intervenciones y revisar la bitácora legislativa para saber que el regalo que le otorgara su hermano le quedara grande.
La imberbe mujer, cree que con su belleza tiene la capacidad para ser directora, Agustín Silva apuesta con su “compañera de política”, que pueden asaltar un dirección dependiente de la Secretaría de Educación. Todo se resume a que Karen Mollinedo es la belleza de la incompetencia, de la incapacidad, de la estulticia y las estupideces políticas.
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