Arturo Rubio: La filosofía de un gran campeón

  • Al talento hay que sumarle idea, perseverancia y mucho trabajo para sacarle provecho
  • El oscuro periodo de las drogas y alcohol, un grave error en su carrera ya superado


Eugenio Aguilar Hernández

Llegar a ser campeón no es de todos, es algo reservado a quienes nacen para ser estrellas en el deporte; pero tener un palmarés de 10 títulos conquistados es un logro que muy pocos beisbolistas podrían presumir, en cualquier parte, en cualquier época. Jesús Arturo Rubio Sainz, conocido más como Arturo Rubio, el hombre que en el 99’ hizo campeón a los Sultanes de Teapa en la Liga Tabasqueña de Beisbol, nos habla de su extraordinaria carrera en este deporte y nos da detalles inéditos de sus logros, sus frustraciones, y de cómo piensa un campeón como él.


Nacido en Sinaloa en 1952, fue en el 72’ que por primera vez  pisó tierras tabasqueñas. “En aquel entonces jugaba con los Pericos de Puebla, comenzaba mi carrera profesional y la directiva del equipo me designó para venir a reforzar a los entonces Sultanes de Teapa, este conjunto era una sucursal de ellos y fue así como conocí este pueblo tan bonito” recuerda nuestro entrevistado, quien al paso del tiempo formo su familia aquí en Teapa. Pero a causa de su profesión, muchos de aquellos años tuvo que radicar temporalmente en diversos sitios como Quintana Roo, Nayarit y algunos municipios de Tabasco, donde debido a su prestigio como manager-jugador (jugaba las dos cosas al mismo tiempo) lo que le sobraban eran ofertas de contratación  y no era para menos: Llegó a conquistar diez títulos en diferentes ligas, cinco en el Estado y cinco más en las entidades anteriormente mencionadas. 
 Pero Arturo Rubio es parte de una camada de jugadores extraordinarios nacidos en el seno de su hogar. Su hermano Antonio formó parte del equipo campeón de la Liga Mexicana en 1981, los Diablos Rojos de México. “De hecho él me llevó a las prácticas que tenían para ver si la directiva consideraba un contrato para mí, lo que no se dio, ellos contaban con jugadorazos como el Abulón Hernández  y el Diablo Montoya. Yo recién había cumplido los 20 años y la verdad en ese momento no pude competir con tantas estrellas”.
Otro de sus hermanos, Alfonso, tuvo una carrera no menos brillante, esta vez en el futbol: “Alfonso formó parte de Pumas  de la Universidad en los años 80’s, al lado de superestrellas como Negrete Y Hugo Sánchez,  fueron muchos los títulos que conquistaron; yo mismo antes de ser beisbolista jugaba mucho el futbol también pero al final me decidí por el beisbol”.
Asegura Arturo que de no haber sido tan chaparro –mide 1.64 de altura-  hubiese llegado a la Ligas Mayores. “Cuando jugaba con los Pericos de Puebla llegaron unos buscadores de talento de los Yankis de Nueva York a observar nuestras prácticas,  sinceramente yo era muy rápido le ganaba a los negritos que son muy veloces, y aparte tenia la agilidad mental para decidir jugadas difíciles en fracciones de segundo. Resulta que después que se fueron mi mánager me comentó que les gustó mucho mi juego, pero que si hubiera crecido cuando menos unos 15 centímetros más no hubieran dudado en llevarme con ellos. Ya vez que allá el físico cuenta muchísimo más”.
El multicampeón es una persona muy observativa, analítica. Nos confiesa que de todos los títulos  obtenidos ninguno lo logró como jugador sino como mánager-jugador. “Cuando solamente fildeaba (era fílder) a veces me quedaba inconforme con las decisiones del mánager, y me ponía a pensar en las causas por las cuales perdíamos; siempre he llegado a la conclusión de que debemos ser más audaces, atrevidos, para llegar a ser los campeones no solo en el beisbol sino también en la vida, tenemos que sacar provecho de nuestras cualidades”.
A pregunta expresa, el ex beisbolista nos da la clave de su éxito: “Fijarte metas permanentes pensar siempre en ellas, conducirte con mucha disciplina y trabajar mucho;  cuando jugaba llegué al grado de no tener vida para mi, todo era el beisbol, la victoria tiene un altísimo precio pero cuando se obtiene, la sensación que produce es indescriptible es difícil encerrarla en unas cuantas palabras”.
Pero la fama y la fortuna también llegan a atarantar a quien las conquista. En cierto momento de su vida, seguramente dormido sobre sus laureles, la trampa del alcohol y las drogas llegó como una densa neblina que envolvió la vida de nuestro héroe, a tal grado que lo hizo trastabillar más de una vez.  Su reputación se vio amancillada prontamente, el ídolo tambaleó frente a sus seguidores,  pero aclara: “Sí, usé drogas y alcohol de manera circunstancial, digamos social pero nunca fui alcohólico o drogadicto de esos que se quedan tirados. La prueba está en que hoy llevo una vida sana sin vicios, me dedico como siempre a trabajar”.
El también Coordinador de Deportes del Ayuntamiento de Teapa, aclara que su consejo es más bien para los padres de los jóvenes, los jefes de familia de las nuevas generaciones, a quienes les exhorta  a formar hijos con disciplina, que les enseñen a respetar, a trabajar. “Siempre lo vemos por el lado de que los jóvenes son rebeldes, pero hay que ver primero la formación que tuvieron en casa; a mi mis padres me enseñaron estos principios y eso ha sido la base de todos mis logros”.
Por último, sobre su actual desempeño en el municipio, lamenta mucho que de los niveles superiores de gobierno no bajen suficientes recursos para el deporte municipal. “No tenemos mucho margen de acción hacemos lo que podemos, la situación es cada vez más difícil pero hay que trabajar con lo que tenemos, y como dijo Yogui Berra esto no se acaba hasta que se termina”.  

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