Diputados le fallaron al pueblo y aun así aspiran a otro hueso


  • ¿Con qué cara volverán a pedir el voto ciudadano, si se quedaron cortos en las expectativas que generaron?

Por Agustín Lara Mata

Como ocurre cada tres años en vísperas de los procesos electorales, la mayoría de los diputados deshojan la margarita con la incertidumbre de continuar en sus curules o lanzarse en pos de la alcaldía --o la diputación (local o federal, según corresponda)--, conscientes de que no hicieron los suficientes méritos para volver a caminar en busca del voto ciudadano.
Y de este escrutinio ninguno se salva. Algunos en mayor o en menor medida, pero invariablemente se quedaron cortos con las expectativas que generaron.
En el proceso 2015 para renovar la Cámara de Diputados federal, así como el Congreso del estado y los 17 ayuntamientos, pocos argumentos tienen los 35 legisladores locales y los nueve federales para cacarear su trabajo con el afán de granjearse la confianza de sus electores.
Los primeros por el pobre desempeño realizado en el Congreso local y por su complicidad en la calificación de las cuentas públicas de los municipios donde existen severas irregularidades e indicios de corrupción. Y los segundos, porque muy poco se les vio en las comunidades atendiendo y gestionando la problemática social.
Este fenómeno es más perceptible con los diputados locales, porque su actuación es más visible para la población, como en el caso de la calificación de las cuentas públicas, donde se cometieron deleznables actos de traición al aprobar con absoluto descaro las irregularidades y abusos que se cometieron en municipios como Macuspana, Jalpa de Méndez, Centla, Cárdenas y Nacajuca, entre otros.
El caso más emblemático es el del diputado por Teapa y Tacotalpa (distrito XXI), Rafael Abner Balboa Sánchez, quien a principios de este año dejó la presidencia de la Junta de Coordinación Política en medio de fuertes controversias sobre la opacidad en el manejo del presupuesto que ejerció durante el primer año de la LXII Legislatura, específicamente con la ampliación presupuestal de 30 millones de pesos y que hasta la fecha no se ha dado un informe preciso a la sociedad.
Necho Balboa, como se le conoce, también es integrante de la Segunda Comisión Inspectora de Hacienda, cuya responsabilidad es revisar las cuentas públicas de los municipios de las regiones Ríos y Sierra, donde al menos dos tuvieron severas observaciones que pasaron sin mayor complicación la aduana legislativa y fueron aprobadas, para tranquilidad de esos alcaldes señalados de corruptos.
Pero el caso no termina ahí, puesto que al igual que sus 34 compañeros de Legislatura, él aspira a alcanzar la diputación federal que detenta su correligionario Antonio Sansores Sastré, a quien por cierto muy poco o casi nunca se le ha visto atendiendo las demandas de los electores del distrito VI federal. Y por si fuera poco, como se dio a conocer en la edición pasada de este rotativo, Abner Balboa también forma parte de la lista de aspirantes que serán encuestados para contender por la alcaldía, cargo que ya ocupó hace tres trienios.
Bajo esta perspectiva, se puede formular la siguiente pregunta: ¿Con qué cara estos “representantes populares” pueden ir a tocar las puertas de los hogares tabasqueños pidiendo otra vez un voto de confianza, si claramente faltaron a su compromiso de legislar a favor del pueblo y gestionar las demandas ciudadanas?  

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