Se burla don Lencho Mollinedo de la comunidad Tecnológica de la Sierra


  • Presentó cuentas alegres en su informe de labores pero no reveló el rezago en los indicadores institucionales ni el destino de los 51 mdp que ejerció este año

Pedro Jiménez Torres

Como una burla soez interpreta la sociedad tabasqueña el informe que rindió el director del Instituto Tecnológico Superior de la Región Sierra, Lorenzo Mollinedo Aguilar, quien durante su gestión se ha pasado por el arco del triunfo la normatividad que rige a los servidores públicos y traiciona la confianza que le brindó el gobernador Arturo Núñez Jiménez cuando le encomendó sacar adelante a esa casa de estudios, luego de la nefasta administración que le heredaron sus antecesores.
Muy opaca y superficial fue su exposición ante la comunidad tecnológica, el pasado 28 de noviembre, cuando debió explicar en detalle el destino de los 51 millones 311 mil 947 pesos que ejerció de presupuesto durante este año, soslayando lo establecido en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Tabasco y en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que lo obligan a rendir cuentas de manera transparente.
Las cuentas claras y el chocolate espeso, dicta la conseja popular. Y si don Lorenzo no clarifica el manejo de los recursos públicos que el gobierno estatal puso a su disposición, eso refleja que hay turbios manejos administrativos, pues “el que nada debe, nada teme”.
Pero es un secreto a voces que el director general, en contubernio con su director administrativo, Martín Ernesto Bouchot Mollinedo (hijo de su hermana, es decir, su sobrino en primer grado), le ha hincado sabroso el diente al presupuesto, así que difícilmente podría clarificar el destino de cada peso y centavo de los 51.3 millones de pesos ejercidos durante este agonizante 2014.
¿Y en qué se gastó el recurso? ¿Quién lo gastó? ¿Dónde está el resultado de esa inversión?, se preguntan los ciudadanos. Preguntas que se quedaron sin respuesta porque en el “informe de labores” sólo enumeró una lista de presuntos logros académicos que no se ven por ningún lado.
En estos tiempos de crisis financiera, en que la administración estatal reconoce que “los recursos públicos son siempre limitados”, según reveló el secretario de Planeación y Finanzas, Víctor Lamoyi Bocanegra, es un verdadero insulto que haya una institución pública descentralizada (como lo es el ITSS) en donde el presupuesto se maneje con absoluta discrecionalidad, de tal manera que no pasaría la aduana de ninguna auditoría.
Con tal desfachatez e irresponsabilidad, don Lorenzo Mollinedo Aguilar presumió en su informe logros ajenos y proyectos que no trajeron ningún beneficio a los estudiantes. Y sí, en cambio, ocultó información de los indicadores institucionales en donde presentan fuertes rezagos, como los índices de reprobación, eficiencia terminal y titulación, o la relación de académicos en investigación; ni mucho menos dio cuenta del estado lamentable en que se encuentran las instalaciones y equipamiento.
¿Qué informó entonces el director del ITSS? Cuentas alegres y cuentos peregrinos, ni más ni menos.  

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