La verdulera política del PRI

Agustín Lara Mata.

Hablar de Yenny Rodríguez Aguilar, es tocar el sinónimo de la “barbería política”, del  “vale madrismo puro” y la zalamería a no más poder engendrada en un ser humano.
Sin temor a equivocaciones, su inclusión en la política tabasqueña no ha sido por méritos propios, sino más bien por estar a la “venta al mejor postor”.
En esta ocasión, sin ideales, moral o ética, se arrastró a los pies de Erubiel Lorenzo Alonso Que, actual dirigente del PRI, para lograr la candidatura de este partido por la diputación al distrito XXI local que integran los municipios de Teapa y Tacotalpa.
Aunque ya fue diputada por la vía plurinominal, sólo es recordada por haber destruido un hogar, el que tenía el panista Antonio Lope  Báez, quien en ese tiempo fungía como coordinador parlamentario en la legislatura que gobernó el priísta Javier Díaz Hernández, y no por haber propuesto leyes en beneficio de Tabasco.
En esa ocasión, le fue asignada la tarea de “enamorar” al diputado panista, a fin de que dejará de atacar al gobierno que encabezó Manuel Andrade Díaz. 
Cumplió con el objetivo, pero a Lope Báez, la mujer lo dejó y encima de ello, fue exhibido como un padre irresponsable al no pagar la pensión alimenticia e incluso en varias ocasiones la esposa de López Baez le fue hacer escándalos en el Congreso a la entonces diputada Yenny Rodríguez y no la bajo  de  “quita maridos” entre otras lindezas.
Pero en la actualidad, Rodríguez Aguilar, debió haber pagado un precio muy alto, que solamente ella sabe, para que fuera designada como candidata a legisladora local.
Pero ese “desliz” no ha sido el único conocido por los priístas, también se menciona que fue muy “amiguita” de Pedro Gutiérrez Gutiérrez, e incluso hay versiones que cuando Manuel Andrade Díaz, gobernaba a la entidad, Yenny era su “paño de lágrimas”.
Además, en su obsesión por el “poder”, también buscó ser dirigente estatal de la CNOP, sin embargo, por su poca capacidad política y falta de moral, fue rechazada y hecha a un lado por los cenopistas nacionales.
Incluso, como verdadera “verdulera”, protagonizó un hecho bochornoso en una plaza comercial de lujo, al “cachetear” y vaciarle encima una taza de café a Isidro Mosqueda, quien también aspiraba a dirigir la parte estatal de las Organizaciones Populares, por este hecho fue a parar a la delegación de policías acusada por Isidro de haberle robado su teléfono celular.
En su reclamo, “Yenny” no le importó que su hijo, el cual tuvo con Toño Lope Báez, llorara del susto y menos, aún, que decenas de ojos la miraran estupefactos.
Es pues, el caso de Rodríguez Aguilar, el mejor ejemplo de la forma de hacer política, sin tener trayectoria, capacidad o moral.  

1 comentario:

  1. La inmoralidad de la política. Por eso dicen que para ser político hay que comer mierda sin hacer gestos. Qué tristeza me das México.

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