Pepe “Pelotas” Mollinedo del PRD y Carlos Manuel Rovirosa Torres del PRI


No aportan nada a la política local y pretenden representar a los municipios de Centro Sur  y Jalapa. Su arrogancia les ha valido el rechazo de los ciudadanos que ya no creen en su falsa sonrisa ni sus promesas vacías. 

A la gente ya no se le conquista con espejitos. Es algo que no entienden José Alfonso Mollinedo Zurita y Carlos Manuel Rovirosa Torres, quienes buscan la diputación local por Centro Sur y Jalapa. Continúan sonriendo en su andar, pensando que la gente se convencerá tan sólo por verles los dientes, como se le practica a los jamelgos antes de ser comprados.
Ninguno representa una verdadera opción. Ambos jóvenes no asimilan que el electorado despertó y hoy en día es mucho más difícil convencer por tanta decepción que ha vivido la población, además que la competencia aumentó con más partidos y candidatos. Y muchos de ellos mil veces mejores que Pepe y Carlos.
En Jalapa, la gente no quiere a Pepe, mientras que a Calos ni lo conocen. Pero si bien la elección se ganaba anteriormente con Centro Sur, actualmente la tierra del dulce representa un plus pues los votos en Villahermosa se repartirán entre más candidatos.
El fracaso de Ana Karen Mollinedo (quien en su propia tierra perdió la diputación y la contienda interna en busca de consejeros políticos del Sol Azteca) y Luis Deyá Oropeza (durante su pésima administración municipal) golpearán duro en la figura de Pepe “Pelotas” Mollinedo; máxime que cuando su hermana llegó a la diputación y él anteriormente fue regidor, desconoció a quienes le ayudaron en la victoria. Y la sociedad de Jalapa lo tiene muy presente. Y aún más el fraude que intentó cometer Ana Karen al Servicio Estatal de Empleo donde agregó a la lista de beneficiados exclusivamente a sus amistades, hace dos años.
Por su parte, Carlos Manuel Rovirosa deberá apechugar con el rechazo hacia la figura de su padre, de nombre homónimo, pues siendo diputado federal se olvidó del electorado. No ha faltado quien se lo ha dicho al joven empresario en su cara y éste intenta huir de la respuesta sonriendo y alejándose del lugar.
Muchos guardan en su memoria la manera agresiva en que golpeó a un compañero suyo en el Ayuntamiento de Centro, saliendo por cuerdas de la administración. Su hipocresía no le basta para convencer de su falsa bondad, pues además se sabe que es un tipo mezquino incapaz de ayudar a otros.
Ni en Macuspana quieren al pobre Carlos Manuel JR, quien se ha ausentado de los eventos de su partido el PRI en su tierra natal, pues ni sus correligionarios lo aceptan. 
José Alfonso Mollinedo (del PRD) y Carlos Manuel Rovirosa (del PRI), saben que tienen las de perder en estas elecciones y a pesar de ello pretenden jugarse el todo por el todo. Porque su ambición los mueve a tal grado que Pepe se mantuvo como aviador en el Gobierno del Cambio, supuestamente asesorando a Agustín Silva (ahora se sabe que nunca llegó a laborar), en tanto Rovirosa sólo busca ampliar su empresa atrayendo más recursos a su bolsillo como la dieta que se otorga a los diputados mes con mes.
Los jalapanecos y del Centro nada quieren saber ya ni del PRI ni del PRD. Tanto así que en Centro es muy probable que el PVEM gane la alcaldía en la figura de Rosalinda López Hernández, y en Jalapa pudiera ocurrir lo mismo con Luis Heberto Limonchi, a quien por cierto muchos lo tachan de informal y falto de palabra. Pero a fin de cuentas es una opción distinta.
Con candidaturas regaladas, Pepe Mollinedo y Carlos Manuel Rovirosa recorren casa por casa obteniendo el rechazo popular. No logran levantar, su tiempo se acorta y su desesperación aumenta. Su tiempo ya pasó, no lo entienden. Es que nacieron para perder y no lo aceptan. La cruda moral será peor después.  

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