¡Sálvese quién pueda, que viene el huracán político!

Por BARTOLO JIMÉNEZ MÉNDEZ

Los tiempos políticos ya entraron a tambor batiente, timbal y corneta y los banderines, banderolas y estandartes se alzan por todos lados con los nombres de los aspirantes. Aquí en la Región de la Sierra suman una verdadera manada que se han lanzado a la aventura de buscar espacios municipales, estatales y fede­rales que se ponen en oferta de acuerdo a la convocatoria de participación en cada uno de los procesos que se deben cumplir con estricto apego a la normatividad estatutaria.

Pero lo cierto es que aquí nadie respeta nada, todo mundo se salta trancas y a falta de apoyos espontá­neos, los autodestapes y madruguetes se encuentran a la orden del día. Durante el presente año la gran mayoría de alcaldes no tuvieron nada qué informar y otros a la desesperada comenzaron a rehabilitar calles semejante a una locura urbana como en una de las películas de Woody Allen u Orson Welles, haciendo una anarquía demencial con la inten­ción de atraer la mirada de los ciudadanos, así como lo hizo Welles, de anunciar una invasión interplanetaria para desquiciar la vida cotidiana de New York y hacer propaganda con el fin de anunciar una película para que se vendiera como pan caliente al público; el anzuelo, hasta la fecha funciona, sin importar que se incruste en la vida real. Por eso, nuestros políticos mejor imitan a Woody Allen, en Manhattan, donde se abando­na la actitud contemplativa para convertirse en hiperactivo y provocar la anarquía en las calles y pasar indiferente donde han quedado tiradas todos los escombros y cacharros para invitar a una manifestación con el lema de “Queremos una ciudad limpia”.

Los electores han queda­do en la disyuntiva de escoger entre priistas taimados e in­diferentes o perredistas que están tan confundidos que ya no saben si son de izquierda, derecha o de centro. Pero eso sí, las disputas hacia el interior se encuentran en la epidermis de los acontecimientos y el desgaste por concepto de juegos y rejuegos ha provo­cado que sus posibilidades disminuyan y por eso ya se habla que, como en el pasado, el tricolor podría ganar con cualquier candidato y esa apreciación constituye un craso error en el entendido que las tendencias del voto y el con­cepto de partido ha cambiado irremisiblemente y los electores se han vuelto pragmáticos, no todos, pero la gran mayoría ya no canjea su voto; es más, lo condiciona y eso representa un cedazo para muchos políticos que tratan a toda costa de convencer por medio de sus amigos a los ciudadanos de que son dignos de confianza. Pero olvidan algo importante: la sociedad tiene memoria y no olvida que debido a su indiferencia y arrogancia, dedicados a la adquisición de ranchos y centros tu­rísticos y al comercio en general, la gente les dio la espalda y renunciaron a su militancia y ahora quieren regresar con su vestidura franciscana curados en salud, lo que nadie cree.

El mejor ejemplo ha sido que sólo al men­cionar sus nombres, un eco de rechazo se ha alzado en contra de los que nacieron para vivir en el presupuesto y que por último, se han beneficiado hasta el grado de adjudicarse notarías públicas que hasta parecen prebendas reales por los servicios prestados cuando ellos se sirvieron a manos llenas.

En Tapachula, Chiapas, el cuerpo de regidores, en un acto de crítica responsable, acordó por consejo de Cabildo levantado en sus respectivas actas, quitarle al ayuntamiento constitucional el calificativo riguroso de Hono­rable, debido a que de honor no tiene nada. Lo mismo podría suceder con otros vocablos que reducen o limitan la palabra democracia a la de cofradías atelarañadas que se pierden en el arcón del tiempo y que fueron legisladas en el Consejo de Indias con la aprobación de la constitución política de Cadiz, como esa de­nominación de Palacio, que no da lugar más que a un concepto cien por ciento medieval, pero nuestros legisladores han per­dido un año más en bisutería parlamentaria o para abreviar, parlachanería legislativa que convierte ese recinto en una caja de resonan­cia de chismes y argüendes donde los temas que se podían calificar como superficiales, se convierten en un discurso trillado con alguno que otro diputado que habla con argumentos y capacidad de exposición.

Un inglés al escuchar esa jeringonza o galimatías legislativa al explicar el significado del voto, la democracia y el consejo electoral, abandonando toda la flema que le caracteriza, sacaría la pistola y le pegaría un tiro al que estuviera hablando de cosas tan obvias que no tiene otro sentido que SI o NO, es decir, Juan o Pedro. Pero toda esa maraña que en el teatro se llama tramoya para manejar hilos que quieren informar en largas y exhaustivas explicaciones y el colmo, se tiene que negociarla designación de nuevos consejeros, de ésta manera es como comprendemos cómo el barroco y el churrigires­co tuvieron tanto esplendor en la época colonial que hasta la fecha no abandonamos del todo. Ojalá que la contextura del grecorromano hubie­ra trascendido a nosotros en su estructura regia y no las falsas imitaciones artesanales que por simples y sencillas, para ocultar los verdaderos fondos hacemos incomprensibles.

Los presos políticos contarán mucho en estas elecciones y el gobernador Andrés Granier Melo tiene el suficiente capital político para influir indirecta­mente en apoyo de los candi­datos designados por el partido para disputar los espacios, sin tratar, desde luego, de imponer candidatos que si bien reúnen el suficiente palmarés partidis­ta, la gente ya los conoce en sancocho y en salmuera. En este caso podría citar algunos ejemplos de personas muy estimadas y con gran carisma, como el caso particular de Carlos César Gil, alias “El Jinete de la Pradera” que la gente en las comunidades por cariño e identificación llegó a llamar Jerónimo Tepa, el nombre de su personaje defensor de los débiles contra los caciques arbitrarios y explotadores.

Cuando llegó a la presidencia con el apoyo de la gran mayoría de votantes que se sentían identificados con el actor, cantante y locutor me­tido a político, todo Macuspana era suyo pero no pasó mucho tiempo para que el locutor mostrara su verdadero rostro de prepotente, arbitrario, indiferente y cacique, al grado de amenazar a sus críticos de que a él le valía madres todo lo que dijeran en su contra mientras contara con el apoyo de Roberto Madrazo… Cuando quiso ser diputado federal por el primer distrito electoral, el mundo se le vino encima y allí tuvo la mejor respuesta a su arrogancia y soberbia manifiesta; ahora, ninguna disculpa ni ex­plicación funciona y si la gente desprecia a Madrazo, El Jinete está catalogado en el mismo paquete.

La cosa, entonces, no es tan sencilla. Los candidatos, además de la lucha interna que libren en su partido, se enfrentarán a la vox populi, la voz del pueblo cuya condena es irreversible y ahora, tiro por salto, tendrán que acreditar su personalidad ante los electores y evitar tanta grilla, debido a que Tabasco se encuentra en una etapa histórica en lo que respecta a su reconstrucción; por eso, después de la contingencia, los problemas son otros y la misma sociedad a dado un giro de 180 grados o necesitamos entrar en la etapa de despegue para entrar en el nuevo ciclo que nos ha marcado la naturaleza.

Sobre estos y otros asuntos que tienen su abstracción, se hubiera legislado durante el presente año, pero mentalidades estacionadas en los clichés y la mayoría que poco a nada a inaugurado la inteligencia, se desplazan en el carril de los extemporáneos que convierten la legislación en una actividad futurista y utilia­rista, con la finalidad de continuar sirviendo a la sociedad cobrando sueldos y prerrogativas que hasta ofenden como en el caso de los consejeros electorales, chamba que en países como Inglaterra, Holanda, suiza, entre otros, es honoraria y no se cobra.

Pero en fin, reciban los teapanecos, jalapa­necos y tacotalpenses un saludo afectuoso y que disfruten estos días navideños en compañía de sus familias. Y para los sectores más vulne­rables, que no piensen en la cuesta de enero, que se pongan a pensar en la de marzo, abril y así sucesivamente.

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