“A los señores pasajeros de este país
se les suplica apretarse el cinturón”

“Aunque nos quede la tripa a medio comer, estamos primero por México que por otros intereses”: el millonario dirigente obrero Don Joaquín Gamboa Pascoe.

Por Bartolo Jiménez Méndez
Hubo una vez un presidente que nos indicó que debíamos prepararnos para administrar nuestra riqueza y ahora nos salen con que hay que apretarnos el cinturón.
Lo cierto es que en ocasiones ya no sabemos en qué país vivimos y si la tabla de valores se encuentra invertida y las cosas se dicen a la inversa para darle su debida interpretación, aunque las imágenes, voces y sonidos son reales.
Allí tenemos que el más rico de los mexicanos y el segundo más potentado del mundo, Carlos Slim, nos sale que a fin de cuenta el modelo de desarrollo ha sido equivocado y hay que establecer políticas más de acuerdo a la realidad que sirvan impulsar el crecimiento, basado, desde luego, en el acaparamiento monopólico de nuestros recursos y que todo movimiento, hasta la respiración y los pasos que damos para caminar, sean otorgado por la franquicia que otorgan los dueños del capital a sus concesionarios para de esa manera generar incentivos para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en nuestro país y combatir el desempleo.
Lo que se está diciendo en toda su crudeza es que los estratos marginales de la población, los sectores vulnerables de la sociedad en donde se incluye hasta el sector medio, ya no son agentes productivos y representan una carga para el país. ¿Qué hacer con ellos?, faltó que se preguntara a sí mismo y que se contestara; pero en las condiciones críticas en que se encuentra el país ya no son considerados ni sujetos comerciales para el consumo.
El potentado genio de las finanzas privadas olvidó agregar que la acumulación de su capital lo ha formado en base a los defectos y errores de los gobiernos que ahora califica de equivocados en el modelo de desarrollo que aplican, y que su fortuna personal ha sido el producto de las concesiones otorgadas por esas políticas que siempre han beneficiado a los más fuertes con la promesa de impulsar el desarrollo en la creación de empleos y plantas productivas industriales de calidad competitiva, pero se han inclinado por aquellas como las comunicaciones, donde poco invierten y los beneficios son cuantiosos.
Como si todo esto fuera poco, estimados lectores serranos, el conocido dirigente obrero de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, hace causa común con el plan presidencial anticrisis, cuando acepta que el país navega en el mar de la recesión y que el valor de nuestra moneda ha disminuido en relación al dólar y que ha llegado el momento de apretarse el cinturón.
¿Pero qué dice este divino señor? Los cinturones, para su conocimiento, hace mucho se encuentran a todo lo que dan y ya no es posible apretar más. Aquí es donde observamos los dos Méxicos: el de la pobreza extrema que deambulan en Oxolotán, Palo Mulato, Zunú y Patastal, confundidos y apabullados por las carencias que ya aterrizan en una visible hambruna, al contraste de esos dirigentes obreros ricos, potentados, como Gamboa Pascoe, que tienen en los garajes de sus deslumbrantes mansiones carros de fabricación especial y todo tipo de privilegios que han sacado de manera indebida como pago a sus actividades al servicio de los grandes intereses que manejan la economía del país. Y todavía tienen el descaro de hablar y de criticar a los mexicanos pobres y marginados que ya no saben qué rumbo tomar, debido a que hasta las fronteras del vecino país se encuentran vedadas y el desempleo y la nula utilización de la mano de obra se hace patente.
Son muchas las cosas que podemos decir en este sentido, pero se rechaza el cinismo de aquéllos que han sido los beneficiarios de las riquezas que se han generado y que ahora asumen el tranquilo papel de críticos y recomiendan medidas éticas y responsables para subsanarlas.
Los grandes monopolios se han apropiado de todo, hasta las tiendas de misceláneas que antes representaban un sustento para los habitantes de la población ahora son inexistentes, los changarros o timbiriches han sucumbido ante el imán del comercio organizado que ahora concede franquicias para el establecimiento de todo tipo de negocios como las tiendas Oxxo, City y Express, que son las autorizadas para las ventas al menudeo; mientras tanto, los otros sectores de la población se persignan y en Teapa los comerciantes tradicionales, con sus talleres de ropa, muebles y otros objetos que antes les daban para vivir dignamente, ahora como por arte de magia han desaparecido y se han visto obligados a bajar las cortinas y cerrar sus negocios, ya que su clientela ha desaparecido; y así por lo regular están las cosas.
La gente, los Teapanecos de los años 60s, recordarán aquellas capas o capotes de hule que realizaba Gabriel González en Tecomajiaca, o Las Lechuguillas de Tincho Wade, pues, por decir un ejemplo, todo eso ha ido desapareciendo y el pequeño comercio artesanal se ha ido con la corriente del río de los nuevos tiempos.
¿Qué promesa pueden hacer los candidatos a la ciudadanía? La verdad que ninguna. No existe nada a la mano para restituirle confianza y optimismo a la población que cada día observa cómo los centros laborales se extinguen y en ninguna parte se encuentra la posibilidad de trabajo para garantizar la subsistencia cotidiana.
Esto y mucho más se puede decir, pero lo más importante es que la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio no ha sido para beneficiar a la población, sino para que unos cuantos se beneficien a costa de millones de mexicanos.


El club Olmecas de Tabasco entrena en la Sultana
Béisbol y la pasión desatada

Por Bartolo Jiménez Méndez
La idea de que el Club Olmecas de Tabasco seleccionara como campo de entrenamiento a Teapa es magnífico, sobre todo que somos un municipio con vieja tradición beisbolera y aquí la pasión se desata hasta los huesos. El primer equipo profesional que salió al campo en 1955 fue precisamente el nuestro y todavía los nombres de algunos peloteros se recuerdan de manera nostálgica hasta el grado que muchos fijaron su residencia en el lugar como Armando “La Chiva” Aguilar y Fernando Escalante, que falleciera el año pasado y que tan gratos recuerdos dejara a una afición que a pesar de los años continuó recordándolo, también el pitcher Catarino Rueda contrajo nupcias con Lucita Quintero, y la revelación es que a partir del clásico ¡Play-ball! se inaugura la memoria del pasado y salen a colación a manera de caudal las anécdotas que le dan colorido y sabor al espectáculo de la pelota caliente.
Los nombres, muchos, se dibujan en mi memoria a pesar de que en esos tiempos era apenas un niño y en el campo de los Camaroneros de Paraíso no olvido a Juan “Bibí” Crespo y a Maximino Domínguez; por su parte, el equipo serrano, lo cubría Cuco Toledo, Carlitos Rodríguez, Ramón Sedano, Alejandro Cruz “Sonrisal”, Héctor Noverola, Mario Salazar y el cubano Jimmy Riró, a quién Manuel Llergo, en la pasión arrebatada, culpaba del error en el plato de home, que le costara el juego al equipo y azuzaba a los aficionados contra el isleño y acompañado de Pancho Mollinedo, Heberto Sánchez, Salomón Quintero y de su compadre, Nicolás Mollinedo, retaban al catcher que solamente sonreía ante los denuestos pronunciados en su contra. Fue en esos momentos cuando don Loire Sala enfrentó con resolución al asunto y le llamó la atención a Llergo, invitándolo que si tenía pantalones bien puestos le reclamara personalmente al jugador, que por cierto medía casi dos metros, era una estatua de ébano, un verdadero ropero que con un manazo hubiera aplastado al intolerante aficionado que contó también con la repulsa de don Luis Gurría, quien trataba de calmar los ánimos.
Esa pasión desatada provocaba el béisbol en Teapa y qué bueno que la directiva seleccionó al municipio para los entrenamientos primarios en vistas de los juegos amistosos que sostendrá con las otras novenas, tres en total que serán en el estadio Centenario 27 de Febrero, Cunduacán y Reforma, en atención de que aquí los jugadores sienten calor humano, interés y optimismo que genera entrar en contacto con los jugadores, “Aquí en Teapa —me decía Arturo Rubio, el destacado short stop sinaloense avecindado en estas tierras— se ama y se quiere al rey de los deportes, por lo que cualquier jugador adquiere una mentalidad de triunfador, contrariamente a lo que sucede en Villahermosa donde se ignora a las estrellas de este deporte y sienten con la misma indiferencia que los gringos cuando jugaron la Copa Mundial de Futbol en Atlanta, donde pocos les hacían caso, debido a que allí el deporte nacional es el béisbol”.

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