Senadores piden que se retire alimentos chatarras de las escuelas
Primer lugar en obesidad infantil
“Hijito cómprate un gansito y un refresquito para tu desayunito”, es por lo regular lo que recomiendan las mamás cuando se despiertan tarde y su hijo se va sin desayunar a la escuela

Antes no había tanto problemas de obesidad en los niños, ni colesterol, ni diabetes, y menos presión alta en ellos, jugaban haciendo mucho ejercicios. Ahora se pasan horas y horas sentados frente a la pantalla de una computadora o un televisor jugando los modernos y violentos juegos.
Por: Pedro Jiménez Torres
En el Senado de la República, se toca un tema que afecta a los niños mexicanos que nos han puesto en el primer lugar en obesidad infantil y sobrepeso, gracias a la venta de comida chatarra que tanto trasnacionales como empresas mexicanas les venden a nuestros niños no tan solo en la tienda de la esquina en el súper, en el parque, en el café, o en los restaurantes, sino en todas partes. ¡Hasta en el Hospital Nicandro Melo de Teapa! Pues sí señores, por ejemplo, en Teapa, en el propio Hospital se vende coca cola, sabritas, churrumais, mostachos, papitas, refrescos de todas marcas en las máquinas tragamonedas y eso que el dichoso hospital está enmarcado dentro de los lineamientos de las políticas nacionales en materia de salud y el combate a la obesidad (el programa “Por un millón de kilos de SSA”) donde te atiende un gordo y panzón doctor ¿En qué país vivimos? En fin, la famosa comida que tiene un alto contenido de calorías que los chamacos no queman porque además de meterse a la boca todo un bocado de bolsas de sabritas y refrescos de cola, todavía al salir de la escuela, se van no a correr sino ¡a sentarse a la computadora o al monitor de la TV para jugar sus juegos electrónicos! ¡Es el colmo!
Pues los Senadores René Arce y Lozano Masón Alfonso del PRD, se atrevieron y han metido la iniciativa de que no se venda comida con altas concentraciones de calorías y colesterol en las escuelas (comida chatarra entre refrescos, churrumais, tostachos y sabritas), que son las que provocan estas anomalías en la niñez mexicana, porque a fin de cuentas, también daña el presupuesto y las erogaciones en salud nacional por el alto costo para combatir la obesidad y la diabetes. No es una novedad saber que en décadas pasadas, los niños jugaban de manera diferente a los niños de este milenio, o de los tiempos actuales. El no jugar, el no correr, el no hacer ejercicio en los juegos modernos, propicia actualmente que 4.2 millones de niños tengan problemas de sobrepeso y diabetes ¿Cómo la ve? Pero vea a su hijito, a su nieto, a su sobrinito, jugando nintendo, ex box, psp, play station, wos qui, juegos electrónicos que hacen pasar a los “reyes del hogar” horas y horas sentados frente a un monitor, idiotizados con los juegos de las guerras de las galaxias, con las guerras de a deberás, con matar: la violencia en su mayor esplendor. Así, los niños de ahora, no se parecen a los niños de la década de los 70s, a los que jugábamos con nuestra imaginación porque no había para juguetes hasta eso.
Si nos pusiéramos a recordar los juegos de antes y a enseñárselos a los niños de hoy, se vería y demostraría que antes no había tanto problemas de colesterol, ni menos de diabetes, ni de presión alta en los niños ni estaban gordos como ahora, por una sola razón: se jugaba haciendo mucho ejercicio lo que provocaba la quema de calorías. Es más, los pobres niños, se iban a la escuela hasta sin comer y muy aparte en el recreo y la calle, jugaban muchos juegos inventados por ellos mismos. ¿Recuerda alguno? Vamos a recordarlos: Encantado, salva partido, esconde esconde, salta burro, salta lía, pijije (avión), tamalada, pájara pinta, el juego de Juan pirulero, tortolita de la mar, arroz con leche, el vino vecino, toca toca, timbomba, papagayo, trompo, canicas. Aquí señores, los niños jugaban sin tanta faramalla de los juegos de ahora en que tanto influyen los medios de comunicación sobre todo, la Televisión donde pasamos horas de horas viéndola. ¿Y los niños? Bien gracias, jugando con su computadora o en los juegos electrónicos. Ojalá que esta iniciativa prospere en el Senado y ya se deje de vender comida chatarra no tan solo en las escuelas, sino en cualquier parte y se prohíba fuera y dentro de los hospitales como pasa en el Nicandro Melo de Teapa, o en el Juan Gram. Casasus, donde la fritanga y la coca cola hierven en la parte de afuera por todas parte y a veces, no hay de otra, más que meterse unos cuantos cientos de calorías e invitarle a nuestros niños. ¿Quieres sabrita y tu coca hijito? Mejor tome su bicicleta y váyase al parque ecológico a elevar papagayos y que las madres dejen de ser un poco flojas y que le hagan un desayuno a los hijos y no que le compren su gansito con su coca al chamaco. A ver qué haremos sin hot dog (perros calientes) que desde la estación hasta al centro de Teapa encontramos carritos por todas partes. Invitemos un refresco natural de jamaica, de piña, sandía o de guayaba, un cóctel de frutas. Claro que si podemos. Deje de tomarse una caguama y compre 20 pesos de salud en la frutería.

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