Don Laco, mas de cinco décadas peluqueando a los teapanecos

No son pocos los que conocen al maestro “Laco” de oficio peluquero en Teapa, que dentro de poco, en mayo, cumplirá sus 69 años de edad (1945). Pero el maestro Laco, además,  conoce también de carpintería(más de 25 años), que domina en algunos aspectos con destreza profesional pero más –reconoce-, su ramo principal es “el artesón”, la rama o el arte de hacer los tejados de las casas aunque –advierte-, “no los de teja francesa”; además, los cielos de fibracel. Pero, ¿quién es “Laco”?
Él nos los cuenta en una breve plática en su peluquería y taller de carpintería, ubicada en la calle Simón Sarlat N° 136: se llama Trinidad Escolástico Jiménez, sus padres, Trinidad Escolástico Reyes y Carmen Jiménez Calcáneo (QEPD); sus hermanos, Lencho, Miguel el sastre, Juan y Tilo los gemelos y el conocido profesor Ramón de los mismos apellidos. ¿De dónde sale el aparente sobrenombre de “Laco”?- le pregunto-. Y nos aclara que no es un sobrenombre, o una especie de apodo que le quedó a él solamente y no a sus hermanos. Y la historia es anécdota cuando nos dice que su padrino el abogado y defensor de oficio don Ramón Cornelio, padre del célebre líder Nabor Cornelio, (su señora esposa doña Victoria Álvarez fue su madrina) ambos finados, cuando a sus hijos Nabor y Rafael Cornelio les daba permiso de venir a jugar con todos ellos los “Escolásticos”, y le preguntaba su madrina doña Victoria que si donde andaban Nabor y Rafael, su padrino le respondía “acá los Lacos”. Del propio apellido sale una palabra corta que utilizó mucho don Moncho Cornelio  y que a él le quedó como bautizo popular entre los teapanecos, pero que es como decir “Escolástico”. Y de ahí, pal real, Trinidad Escolástico Jiménez, todo Teapa lo conoce como “Laco”, nada más a él y no a ninguno de sus hermanos.
Abierto en la plática que sostenemos -como buenos amigos que somos-, nos platica que estudió hasta el cuarto año de primaria y que de plano les dijo a sus papás que no le entraba el estudio y que mejor se dedicaría aprender un oficio. De ahí que dejó la escuela en ese año que no recuerda, agarrando la decisión de aprender la peluquería con el maestro  Nicanor Mijangos López que tenía su peluquería en la calle Manuel Buelta cerca de don Santiago Mollinedo; trabajó con Andrés Castro, Chan Rubio, la cosa es que a los 18 años cuando lo de su cartilla y la marcha como en 1955, ya era peluquero. Hasta hoy lleva como 58 años en el oficio del “Fígaro” y en la carpintería como 25. Su silla de peluquero le costó en aquellos años mil cien pesos, hecha en Mérida, marca “KOREN” y comprada a otro maestro eso hace como 40 años.
Recuerda el maestro Laco que en algún tiempo no fue negocio la peluquería y que se cobraba un peso con 20 centavos y un peso con 50 centavos, si era barba y corte de pelo. El día más bueno se ganaba hasta 30 pesos cuando los billetes de a 20 pesos de la Tehuana de color rojo y de las monedas de plata de 25 centavos de la balancita, la moneda del sol de a 20 centavos o el “tostón” de Cuauhtémoc. 
El popular “Laco”, hoy sigue viviendo en la calle Simón Sarlat en donde es un punto de referencia muy importante. No esquiva aceptar que le gustó tomar desde los 14 años, que fue cabrón, que en un tiempo fue un “mil usos”, atendió una cervecería, trabajó en la construcción de la carretera a Ixtapangajoya, conoció el mercado cuando estaba en “El mirador”, los salones de baile, recorrió las cervecerías, o sea, que ha trabajado en todo. Hoy, tiene más de 30 años que dejó el licor, desde que se metió a la religión adventista. Se lo agradece a Dios. Y sentencia: el alcohol no da felicidad.
 Actualmente, tiene 30 años de casado con doña  Carmen Sala Díaz con quien procreó a sus hijos Guadalupe, Aura y Trino (QEPD) Escolástico Sada. Vive feliz –categoriza para terminar- , un saludo para el maestro de todos los que colaboramos en TRIBUNA.
Una anécdota que nos llamó la atención, es esta: La matrícula de su silla de peluquear es 66945. Con este número, el maestro Laco se sacó en la lotería del “TRI”, un premio de 12 mil pesos en años pasados. Le trajo suerte. Si tiene curiosidad, visite su peluquería en Simón Sarlat y cheque el dato y platique con el maestro y aparte, vea cómo maneja las tijeras en su dominado oficio de la peluquería y no olvide sus tejados si andan pendejeando o si quiere algo de carpintería o tiene algún mueble medio enfermo o una puerta que requiera de un buen cirujano. El maestro Laco lo saca de apuros. No lo piense dos veces.  

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