Carlos Mario Ocampo, un mediocre que
apuesta a la desmemoria de teapanecos

Después de entregar el control del Congreso a los priistas, el candidato amarillo con el rabo verde pretende reconquistar al electorado

TEAPA, TAB.- Conocido más por su afición a las “pollitas” que seduce con el oropel del poder, que por su gestión como alcalde y diputado de este municipio, Carlos Mario Ocampo Cano se enfrentará una vez más al electorado en busca de la curul bajo las siglas del PRD, luego de que su nombre apareciera “misteriosamente” en segundo lugar de la encuesta realizada por la empresa Consulta Mitofsky, método seleccionado por la dirigencia estatal de ese partido para designar a sus candidatos para el proceso electoral del 18 de octubre próximo.
Aun está reciente en la memoria de los teapanecos su desafortunado paso por el Congreso del Estado cuando ya Carlos Mario, impulsado por su esposa Carlota Carballo —de ahí el mote de “Maximiliano” que le endilgó el populacho del municipio—, ambiciona regresar al poder que no supo ejercer cuando entregó el control del Poder Legislativo a los diputados del PRI, autorizando la desaparición de la Gran Comisión y la creación de la Junta de Coordinación Política, que en términos políticos representó la cesión del control a las fracciones minoritarias, siendo que el sol azteca tenía la mayoría en la 58 Legislatura.
Voces al interior del Congreso, incluso de algunos de sus propios compañeros de bancada, especularon que Carlos Mario fue “maiceado” por el gobierno de Manuel Andrade Díaz para que cediera las riendas del Legislativo a su amigo Javier Díaz Rodríguez, coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, y posteriormente al madracista Pascual Bellizia Rosique, coordinador de la bancada del PVEM, integrada por él solo.
Se le cuestiona también que sus decisiones políticas suelen ser tomadas o al menos influenciadas por su esposa Carlota, quien según dicen las malas lenguas teapanecas, es la que verdaderamente manda, pues Carlos “Maximiliano” la complace en todo para que no le arme un escándalo por andar de “rabo verde”.
El caso más sonado de sus amoríos fuera del matrimonio es tórrido romance que sostuvo con su secretaria que tenía en el Congreso, de quien dicen ahora vive con varias comodidades y, según se rumora, hasta carro nuevo le compró.
Entre los electores de Teapa se dice que el candidato perredista realizó un trabajo mediocre tanto de alcalde como de diputado local, razón por la que se augura que fracase en esta ocasión en sus ambiciones políticas.
De hecho, las bases perredistas ya le cobraron su abyección al PRI en el Congreso, cuando contendió por la dirigencia estatal de su partido y recibió un rotundo fracaso a manos de su adversario Juan Manuel Fócil, quien arrasó en las elecciones internas y a la postre fue el presidente del Comité Ejecutivo Estatal del sol azteca.
Pese a esta mala reputación de Ocampo Cano, se especula que ahora “compró” la candidatura a la diputación mediante la manipulación de la encuesta de Mitofsky, pues la gran mayoría de los perredistas teapanecos simpatizaban con la aspiración de la aun diputada federal, Mónica Fernández Balboa, quien fue relegada al tercer lugar de la lista.
Cabe destacar que Carlos Mario Ocampo y Carlota Carballo, a pesar de que pregonan su convicción democrática, se han apoderado del PRD en Teapa y no permiten el surgimiento de nuevos cuadros políticos, pues cada tres años aparecen en las listas de precandidatos y le quitan la oportunidad a otros aspirantes con igual o mayor merecimiento para abanderar los colores perredistas.
Los ciudadanos no se explican cómo es que este personaje, después de que usaba una camioneta modesta y se dedicaba a la crianza de cerdos, ahora anda en vehículos de lujo y además arregló su “ranchito” ubicado a la salida a Tacotalpa, producto de su “trabajo” como político, que le ha dejado jugosos dividendos.

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